La afición por el Volkswagen sedán o Vocho que hasta hace 20 años se produjo en la planta de Puebla es tan grande que hay quien asegura que hasta pueden tener bebés.
Chiquitos, casi siempre del mismo color que su madre y sobre el toldo del vehículo, viajan por carreteras mexicanas y sobre todo, se exhiben en exposiciones.
Se trata de una de las variantes del tunning que se aplica a este popular automóvil y que se caracteriza por su ternura.
En páginas de aficionados en Facebook como Échala pal Vocho se observan decenas de ejemplos.
"Pocas veces se puede ver un Vocho con su cría en su hábitat natural. Qué hermosa es la naturaleza, publicaron apenas a inicios de agosto con una fotografía y varios internautas no dejaron pasar la oportunidad para presumir a sus vochos y sus retoños.
Al menos uno de ellos, se exhibe en foto en el zócalo de Puebla, pero también los hay de Guanajuato y su popularidad ha atraído aficionados hasta de Venezuela.
En las imágenes se observa que algunas de estas unidades corresponden a autos Beetle de juguete que se comercializaron hasta en más de 5 mil pesos.
Sin embargo, otras más parecen producciones mandadas a hacer para asemejarse al Volkswagen sedán con sus características, curvaturas y pintura.