A casi tres meses de que se formó el socavón en Santa María Zacatepec, en el municipio de Juan C. Bonilla, Puebla, la zona del gran hoyo y los pobladores aledaños al lugar, han sido olvidados por las autoridades.

Fue la madrugada del 29 de mayo cuando comenzó a originarse el hundimiento en terrenos de cultivo de esa comunidad y que alertó a los vecinos, principalmente a la familia Sánchez Xalamihua, que tenía su vivienda a unos metros de distancia y la cual, semanas después, colapsó.

Don Baltazar Pérez, poblador de Zacatepec, evidenció que hace más de 20 días las autoridades, tanto federales como estatales, dejaron de hacer estudios y cuidados en la zona.

En entrevista con , recordó que Protección Civil estatal les había comentado que, en un lapso de uno  a tres meses -a raíz de que se formó el socavón- les iban a dar información “pero ya no vemos nada”.

“Solo dejaron cercado para que ya no pasen las personas, hay solo unos cuantos policías, pero antes estaba más protegido y ahora nadie nos dice nada”, declaró.

Aunado a eso, en el sitio se puede observar que la milpa y la hierba ya creció demasiado alrededor del hoyo, debido a las intensas lluvias que han caído, lo que impide admirar en su totalidad el socavón.

Incluso, comentó que especialistas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) llegaron a la zona y le pidieron colocar en su vivienda detectores de sismos pero, después de una semana, llegaron a quitarlos y se retiraron sin darles algún informe.

“Pensamos que no hay peligro porque no nos dijeron nada, ni un informe, ni nada”, subrayó el señor.

Don Baltazar, junto con su esposa, doña Maricela, comenzaron a vender gorditas y quesadillas en su casa, tras la aglomeración de personas que llegaban a admirar el hundimiento, no obstante, a tres meses de lo sucedido, las visitas y las ventas han bajado.

“Sigue llegando la gente, pero bajó un poco, puede ser que, por lo mismo de la pandemia la gente sí ya tiene un poco más de miedo, entre semana es poco, pero sí siguen llegando los fines de semana”, destacó.

Al paso de los días, más comerciantes han llegado a la zona a ofrecer sus productos a los visitantes, desde comida, bebidas, recuerdos, hasta zapatos y ropa; esto a pesar de que las autoridades han afirmado que no es un sitio turístico.

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