La marcha por el Día Internacional de la Mujer, 8M, “rompió paradigmas” y “el hielo” entre feministas y uniformadas de la policía capitalina. Movilización que marca “un antes y un después”, refiere Lucía Karen Ortiz, inspectora general de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC), conocida como Jefa Andrómeda, quien la tarde del martes se sumó a las consignas en contra de la violencia de género y gritó por las mujeres del país.

“A mí nadie me pagó, yo soy institucional y el gobierno que entre del color que sea, yo voy a seguir mi institución, yo no trabajo política, trabajo seguridad, cuidar, agarrar rateros, erradicar violencia dentro de las calles en donde yo me aboco, y a mí nadie me paga. Por ahí en las redes sociales decían que era montado, nada fue montado, el ambiente se sentía totalmente diferente, en la parte última del bloque era gente pacífica que no necesitaba el acompañamiento ni la línea de ninguna mujer policía, nosotros éramos sólo un bloque caminando”, dice a EL UNIVERSAL.

La Jefa Andrómeda fue captada en videos en medio del Eje Central levantando el puño y gritando “¡policía consciente se une al contingente!, ¡policía consciente se une al contingente!”, mientras las mujeres vitoreaban su paso por esta avenida como un contingente más.

Atrás de Lucía, compañeras de Operación Policial también levantaron su puño.

Coordinaba el despliegue policial sobre avenida Juárez cuando las mujeres se detuvieron en el Antimonumento al feminicidio, guardaron silencio y mostraron el puño en alto. La Jefa Andrómeda pidió a sus policías que bajaran sus escudos, guardaran silencio y al ver que ella misma levantó su puño, las efectivas replicaron la acción.

“Es donde se rompe el hielo, la fricción que llevábamos”, comenta sonriente Lucía Karen por el objetivo que se consiguió en la marcha feminista, en donde asegura que marcó un cambio, un antes y un después.

“El ambiente dentro del contingente era sano, se sentía esa fraternidad, es el momento en que nosotras comenzamos. Íbamos caminado y se paran abruptamente y levantan la mano frente al Palacio de Bellas Artes [Antimonumento], guardan un minuto de silencio, yo paro a mis elementos y en ese momento alzamos la mano y es en donde se rompe ese hielo, esa fricción, sabemos que si bien es cierto todavía nos falta mucho, seguimos trabajando dentro de esta institución [SSC] para que nuestras compañeras sigan creciendo”, expone.

La Jefa Andrómeda sonríe por el resultado de la marcha, sin descartar los momentos en donde se registró violencia; sin embargo, es firme al señalar que durante la movilización feminista hubo espacios para que no hubiera ningún resguardo policial, por lo que marcharon “porque somos mujeres, tenemos derechos aunque seamos oficiales de la policía, tenemos derecho a manifestarnos, como cualquier ciudadano”.

Cuando a las policías se les entregaron flores, las cuales acomodaron entre sus chalecos antibalas, Lucía Karen enfatiza que “es un gesto de unidad, amabilidad, un gesto de amor entre mujeres.

“Tenemos las mismas capacidades, la prueba está, ayer [martes] lo vieron, y en las marchas anteriores en donde teníamos que resistir, vamos en ese despliegue puras mujeres, Ateneas, mujeres de Operación Policial, de PBI, mujeres de PA, administrativas, de todas las áreas [de la SSC], de Comunicación Social, del piso del secretario, van con nosotras apoyándonos, de diferente forma, cuidándonos, todas a nivel Ciudad participamos en esta marcha”, asegura.

Sus hijos, su fuerza

La Jefa Andrómeda es madre de dos hijos. Al preguntarle por ellos, se deshace, sus ojos se parten en lágrimas, comenta que su familia es de tres, ella y sus hijos, han pasado muchas cosas difíciles, pero dice que esa es la fuerza para salir adelante.

“Siempre me dicen que se sienten orgullosos de mí. Les quiero agradecer la paciencia, el apoyo, el estar conmigo, el desvelarse para verme y darme un par de minutos, les agradezco todo a mis hijos, porque a veces tienen mamá y no, yo tengo que darles todo a ellos y me doy para ellos, yo he llegado hasta aquí por ellos. Agradezco que me dijeran que no importaba qué pasara, que iban a estar conmigo, se sentían orgullosos de una madre que rompe esquemas, paradigmas, que rompe ese estigma que tenemos las mujeres. La gente va a decir cualquier otra cosa, pero esta policía va a estar para cuidar”.

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