Con toda discreción, tratando de no despertar ningún escándalo, a través de un oficio al que he tenido acceso, se retiró de comisiones del Senado la designación de Arturo Herrera como nuevo integrante de la Junta de Gobierno del Banco de México. El presidente anunció que lo nominaría para ser el nuevo gobernador de la institución, hizo los trámites correspondientes ante el Poder Legislativo, luego el asunto se quedó en la congeladora y finalmente han dado pasos para atrás. Todo, en cuestión de unos cuantos meses.

El nombramiento del nuevo gobernador del Banco de México había arrancado con demasiada anticipación… y ahora ya está sumamente retrasado:

Desde inicios de junio de este año, siete meses antes del relevo oficial, el presidente López Obrador sorprendió en una conferencia mañanera diciendo que no ratificaría para otro periodo al actual gobernador, Alejandro Díaz de León, sino que propondría para el cargo a su secretario de Hacienda, Arturo Herrera. Dijo que lo avisaba con tiempo para evitar inestabilidad en los mercados financieros. Hoy lo que existe es incertidumbre porque el proceso de nombramiento de Herrera primero se frenó y luego empezó a revertirse.

Esta es la línea de tiempo:

El 7 de junio de este año el presidente anunció en la mañanera que Arturo Herrera sería su propuesta para encabezar el Banco de México. Como el Senado tiene que ratificar a Herrera como integrante de la Junta de Gobierno de Banxico, el 13 de julio el presidente AMLO envió la nominación al Poder Legislativo, en una larga carta que ensalzaba la trayectoria de Herrera. La carta se hizo llegar a través del oficio 100.-134 firmado por la entonces secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero. Una semana después, el 21 de julio, en la sesión de la Comisión Permanente del Congreso, el asunto se turnó a la Tercera Comisión.

Un mes más tarde, el tema dio un giro total: el 16 de agosto, a través del oficio CP2R3A.-1757, el presidente del Senado –el legislador del Partido Verde, Eduardo Ramírez Aguilar– comunicó a la senadora panista Kenia López Rabadán, presidenta de esa Tercera Comisión, que se retiraba la designación de Herrera “para efectos de engrosar el expediente”. Pero ya no sucedió nada después, es decir, desde hace tres meses se echó para atrás en comisiones el nombramiento de Herrera, al grado que durante el actual periodo ordinario de sesiones en el Senado no se ha turnado la designación que mandó el Ejecutivo ni se ha resuelto en el pleno.

Quedan 39 días para que termine el periodo del actual gobernador Díaz de León, y el presidente no da luces. Hoy, en los círculos financieros del país corre la versión de que López Obrador cambió de opinión y ya no nominará a Arturo Herrera, quien fue su segundo secretario de Hacienda.

¿Se habrá arrepentido el presidente? ¿Tendrá que ver con que Herrera no estaría dispuesto a convertirse en su brazo ejecutor para ordeñar dinero del banco central de una manera poco ortodoxa e incluso ilegal? López Obrador ha dejado claro públicamente que quiere meterle mano a las reservas internacionales y gastarlas en sus programas de gobierno.

Malas señales que ojalá queden pronto zanjadas.

Saciamorbos

Ya sabremos si ante este vendaval el gobierno pone buena cara o buen rostro. 
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