Quienes este fin de semana nos dieron motivos para volver a creer en el amor... pero político, fueron Genoveva Huerta Villegas e Inés Saturnino López Ponce.

Y es que apenas a inicios de año, el polémico y misógino exalcalde de Tecamachalco acusó que en el PAN lo habían despreciado para buscar de nuevo la presidencia municipal, por lo que se registró con dos partidos de la competencia y de plano se planteó su expulsión del blanquiazul.

Sin embargo, en septiembre él y la dirigente con licencia que busca la reelección intercambiaron algunos mensajes en redes sociales y hoy resulta que hasta van juntos en la planilla de la elección interna. Qué reconciliación tan exprés.

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Habría que decirle al presidente municipal electo de Puebla, Eduardo Rivera Pérez que eso de disimular nomás no se le da.

Este domingo participó muy entusiasta en un acto de respaldo a la candidatura de Augusta Díaz de Rivera por la dirigencia estatal del PAN, quien será la principal competencia de Geno.

Eso sí, en tono diplomático Lalo dijo que él no iba a ser quien juzgara la actual dirigencia sino todos los panistas, pero su presencia en el acto proselitista es más que un mensaje fulminante.

Lo mismo ocurre en el caso de su homólogo en San Andrés Cholula, Mundo Tlatehui, que también asistió al parque de El Carmen.

Ambos, en su momento, padecieron el bloqueo desde la dirigencia de su partido para obtener la candidatura, por eso y por muuuchas razones de sobra este domingo decidieron no ir al evento de la aspirante a la reelección, Genoveva Huerta.

Bien decía el célebre Juan Gabriel: lo que se ve no se juzga y en el PAN las divisiones se notan a varios cientos de kilómetros.

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Ya por último, les recomendamos a los panistas de todas las corrientes que usen su cubrebocas en todos los actos masivos o cómo ven mejor no hacer tantas aglomeraciones porque actúan como si el Covid-19 ya no existiera, hasta mariachi hubo el domingo. Serénense.