En efecto, tal y como ha sido reconocido por el gobierno estatal, el grado de violencia familiar que se vive no sólo en Puebla sino en todo el país, es alarmante y lo peor es que los expertos auguran un futuro peor a partir de la evidente ruptura del tejido social que provocó la pandemia.

De ahí la necesidad de las autoridades de todos los niveles de gobierno de reactivar cuanto antes los quehaceres cotidianos, pues el encierro, el distanciamiento social y la incertidumbre, causaron enojo y frustración en una parte de la población.

Por eso los elevados índices de violencia en general y el recrudecimiento del grado de agresividad dentro y fuera de los hogares.

Ojalá el próximo año, el regreso a la rutina logre recomponer un poco el tejido social y las relaciones humanas, pero el panorama es, sin duda, complicado.

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Triste y desamparado cierre del 2021 con los altos índices inflacionarios a nivel nacional.

El gas y la canasta básica son casi inalcanzables para la mayoría de la población y no se ven alternativas viables que den esperanza en los bolsillos.

A nivel estatal la inflación es del 7 por ciento y aunque elevada, es menor a la reportada a nivel nacional. El municipio con el menor índice de aumento de precios es Izúcar de Matamoros con el 0.02 por ciento.

Veremos cómo cierra el año.