Los que de plano no han despertado del letargo ocasionado por la pandemia son los elementos de la extinta Vialidad Estatal.

En la semana, los mandos de la Policía Estatal los mandaron a llamar para decirles que ya había vencido su plazo de confinamiento por el Covid-19 y que tenían que incorporarse a las filas de la corporación.

Sin embargo, en lugar de estar agradecidos de que no los “eliminaron” junto con Vialidad Estatal, sorprendentemente los muy flojos se quejaron porque ya los estaban poniendo a trabajar. ¡Imagínese!

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Donde se les juntó la gente como en fiesta de 15 años de pueblo, fue en la Villa Iluminada de Atlixco.

Según el gobierno municipal, en el encendido de la noche del jueves iba a haber poca gente y con sana distancia por eso del Covid-19.

Sin embargo, la gente abarrotó las calles y la presidenta municipal, Ariadna Ayala, pagó los platos rotos, pues fue tundida en redes sociales por personas que se quejaron por el evidente descontrol y la ausencia de protocolos sanitarios.

Ya veremos el próximo mes si estos eventos masivos tienen algún impacto en el comportamiento de la pandemia.

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Hablando de alcaldes, el de Puebla, Eduardo Rivera, señaló que su gobierno todavía no tiene un mapa delincuencial de la capital.

El diagnóstico pudiera ser dado a conocer la próxima semana, pero más allá de lo que pudiera arrojar ese análisis, es evidente que en las calles, la delincuencia está desatada.

Las víctimas del crimen esperan que, más allá de diagnósticos y de reconocer que en la anterior administración poco o nada se hizo en la materia, haya acciones inmediatas de combate frontal a la delincuencia.