Los que ven y no ven son los de las cámaras empresariales.

Dicen que andan a las vivas, exigiendo sus cuotas anuales a los comercios en Puebla, cuando más de un pequeño empresario ya no siente lo duro sino lo tupido, y más con la tercera ola de la pandemia que cayó justo en la temporada alta de verano.

Ahora sí que no se pasen y que tengan tantita empatía, porque ni un descuentito están dando.

Los poblanos piensan que ya están curados de espanto. Y es que mientras las variantes de Covid acechan al estado, las piezas poblanas perfectas agotan espectáculos en vivo -¿verdad Cotorrisa?-, abarrotan centros comerciales y espacios públicos sin la menor contención.

La tercera ola se ha anunciado por las autoridades y mientras tanto, las instituciones continúan preparando su inminente regreso a clases en menos de un mes.

Pero así anda Puebla, sin miedo a nada.

Hablando de Covid, los que andan como si nada son los responsables de la graduación en Cancún en la que participaron cientos de estudiantes de Puebla.

Los colegios solamente salieron a deslindarse y la agencia de viajes que los llevó hizo como si nada hubiera pasado.

Resulta que no fue la culpa de nadie. Ni quién les crea.

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