Desafueros van y desafueros vienen y Saúl Huerta debe estar más que fugado de la justicia mexicana.

Dicen que nadie lo ha visto ni se sabe de él desde que salieron los audios y videos que terminaron por hundirlo.

No es que pensemos mal, porque siempre prevalece la presunción de inocencia, pero parece que el abogado de profesión optó por la estrategia de defender su autoproclamada inocencia lo más lejos de un tribunal.

Los que salen perdiendo en el interminable pleito “educativo”, son los trabajadores de la Universidad de las Américas Puebla (UDLAP).

Y es que entre saber y no saber cuál es el patronato oficial o el rector “de a devis”, pues no habrá salarios hasta quién sabe cuándo.

Con suerte el jueves se resolverá, con menos suerte, hasta que los jueces regresen de su receso vacacional.

Mientras tanto, parece que las partes entendieron el conflicto como una carrera de comunicados y ya ni a cuál creerle.

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