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Hablemos del suicidio: el silencio no salva vidas

Escrito por: Mtra. Giovana Gaytán Ceja, Orientadora Psicológica

16/09/2025 |10:56
El Universal Puebla
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Hablar del suicidio nunca es fácil. Durante mucho tiempo ha sido un tema rodeado de silencio, estigmas y prejuicios. Sin embargo, ponerlo sobre la mesa es un paso fundamental para salvar vidas. El suicidio no es un acto aislado ni una decisión repentina sin razones: suele ser la expresión de un profundo sufrimiento emocional que, en la mayoría de los casos, puede prevenirse con apoyo oportuno.

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, se estima que cada año, una de cada 100 personas, se quitan la vida y es la cuarta causa de muerte entre las personas de 15 a 29 años. En México, el suicidio se ha convertido en una de las principales causas de muerte entre adolescentes y jóvenes. Detrás de cada número hay una historia de dolor, familias impactadas y comunidades que se enfrentan a la pérdida. Por eso, más que estadísticas, debemos hablar de prevención, acompañamiento y esperanza.

Uno de los mayores obstáculos para prevenir el suicidio es el tabú. Callar no protege, al contrario, aumenta el aislamiento de quienes lo padecen. Hablar del tema con respeto, sensibilidad y sin juicios abre espacios de comprensión. Preguntar directamente a una persona si ha pensado en hacerse daño no la “incita” al suicidio, como muchos creen; por el contrario, puede significar un alivio, porque demuestra interés genuino y preocupación.

Factores de riesgo y señales de alerta

Existen diferentes situaciones que aumentan el riesgo de suicidio: depresión, ansiedad, consumo problemático de sustancias, experiencias de violencia, pérdidas significativas o falta de redes de apoyo.

Algunas señales de alerta pueden ser:

  • Expresiones directas o indirectas de querer morir. 
  • Cambios bruscos en el comportamiento, el sueño o el apetito. 
  • Aislamiento social o pérdida de interés en actividades antes importantes. 
  • Regalar pertenencias valiosas o despedirse de manera inusual. 
  • Incremento en el consumo de alcohol o drogas. 
  • Sentirse vacío, desesperado, o no tener motivos para vivir. 
  • Hablar de ser una carga para los demás. 

Reconocer estas señales no significa diagnosticar, pero sí puede ser el primer paso para acercarse y ofrecer ayuda.

La importancia de la escucha

Muchas veces pensamos que para ayudar debemos tener “las palabras correctas” o soluciones inmediatas. La realidad es que lo más poderoso que podemos ofrecer es escucha empática. Estar presentes, sin juzgar ni minimizar el dolor del otro, puede marcar una diferencia enorme. Frases como “no es para tanto” o “échale ganas” solo aumentan la sensación de incomprensión. En cambio, decir “estoy aquí para ti” o “me importa lo que sientes” abre un puente hacia la conexión.

Buscar apoyo profesional

El suicidio es un problema de salud mental que requiere atención profesional. Psicólogos, psiquiatras y médicos especializados pueden brindar herramientas y tratamiento adecuados. Alentar a la persona a buscar ayuda, acompañarla en el proceso o incluso apoyarla para hacer la primera llamada puede ser decisivo. La intervención temprana salva vidas.

La prevención del suicidio no es únicamente responsabilidad de las personas en crisis. Como sociedad tenemos un papel activo:

  • Promover el autocuidado y hablar de la salud mental como algo tan natural como la salud física. 
  • Fomentar redes de apoyo en escuelas, universidades y lugares de trabajo. 
  • Romper con estigmas y frases que descalifican el sufrimiento emocional. 
  • Informarnos y difundir los números de ayuda disponibles. 

El suicidio puede prevenirse. No se trata de negar el dolor, sino de reconocer que siempre existen alternativas, incluso cuando la persona siente que no las hay. La esperanza se construye en la cercanía, la empatía y la solidaridad. Cada palabra de aliento, cada gesto de acompañamiento y cada red de apoyo que fortalecemos puede convertirse en una oportunidad para que alguien siga viviendo.

Si tú, o alguien cercano a ti, está pasando por un momento difícil y tiene pensamientos suicidas, recuerda que no estás solo/a. Tu vida importa, y pedir ayuda es un acto de valentía.