¿Cuál es el impacto ambiental de las compras en línea?

La digitalización de nuestras sociedades ha marcado una nueva era en la que mediante el uso de nuestros dispositivos podemos ahorrar mucho tiempo y esfuerzo en un gran número de tareas cotidianas, logrando ser más eficientes.

Ejemplo de ello son las compras en línea. A partir de la pandemia del COVID-19 hubo un antes y un después en este sector. De acuerdo con Forbes México, con el cierre de negocios y la disminución de la movilidad social, las ventas online en nuestro país crecieron 81% en el 2020. Y aún después del retorno paulatino a las diversas actividades, la tendencia llegó para quedarse reflejando un aumento sostenido. La Asociación Mexicana de Venta on Line (AMVO) reportó que, durante 2023, casi 66 millones de personas adquirieron algún producto o servicio utilizando el canal digital y el envío a domicilio prevalece como el método de entrega preferido por 9 de cada 10 compradores.

Si bien las compras en línea han revolucionado la forma en la que adquirimos productos, ofreciendo conveniencia y accesibilidad, hay que reflexionar sobre su impacto en el medio ambiente.

Por un lado, este hábito gana cada vez más popularidad por la comodidad que supone. Pero es preciso considerar que consume mucha energía y recursos generando más desperdicio. Es cierto que, al evitar desplazamientos físicos a tiendas, las compras en línea pueden reducir los gases de efecto invernadero asociados con el transporte; pero también hay que tomar en cuenta que el modelo de reparto a domicilio usando camiones genera más emisiones y aumenta la congestión urbana, porque ese vehículo gasta más combustible y hace varias paradas en cada entrega. Además, hay que sumar el impacto de las entregas fallidas y las devoluciones que hacen repetir el círculo de emisiones y congestión.

Hablemos ahora de otro problema. Las compras en línea a menudo implican embalajes innecesarios que contribuyen a la contaminación y la acumulación de residuos. Además, el funcionamiento constante de centros de distribución aumentan el consumo de energía.

Entonces ¿cuál es la solución? ¿Qué prácticas de consumo responsable podemos implementar?

Diferentes empresas han comenzado a empelar más empaques reutilizables, reciclables e incluso biodegradables. Y otro ejemplo: Amazon, principal líder de e-comercio se ha comprometido a tener una gran flotilla de vehículos eléctricos de reparto para 2030 evitando que sean liberadas a la atmósfera millones de toneladas métricas de carbono que calientan el planeta. UPS y FedEX también han compartido sus planes al respecto.

Pero sin lugar a dudas el principal cambio es a nivel personal. De acuerdo con Portal Ambiental probablemente el modelo con menos emisiones sería un individuo que va caminando a comprar los productos que necesita. Sin embargo, evidentemente esto no siempre es posible o viable. Entonces, ¿qué nos corresponde como ciudadanos? En primer lugar, hacernos más conscientes del impacto ambiental de nuestras compras, por lo que es nuestro deber investigar la sostenibilidad de productos y marcas antes de realizarlas optando por aquellos que sean más ecoeficientes. Del mismo modo, debemos ser más estratégicos al momento de comprar. Una de las principales razones por las que las e-compras generan más huella de carbono es porque se adquieren muchos artículos, pero se piden uno o dos por compra, lo cual implica a un repartidor visitando tu domicilio varias veces. Si intentamos agrupar nuestras diferentes compras en un sólo envío, sería mucho más eficiente en términos de reparto, empaque y embalaje. Igualmente, es esencial que, cuando recibas tus productos, reutilices o recicles los materiales de embalaje como el cartón, el papel y ciertos plásticos siempre que sea posible. Por otro lado, los centros de reparto y los casilleros inteligentes pueden ser también una excelente opción, pues resuelven el problema de las entregas fallidas y reducen la congestión.

Otro aspecto importante es leer detenidamente las descripciones, revisar las medidas y consultar las reseñas de otros usuarios para minimizar las devoluciones. Y, si tienes muchas dudas sobre un producto y es altamente probable que tengas que devolverlo, opta por comprarlo en tienda física.

En última instancia, ser consumidores responsables y comprometidos con el medio ambiente implica reconocer nuestra capacidad de influir en el mundo que nos rodea a través de nuestras elecciones diarias y trabajar juntos para cuidar de nuestra casa común. Ello implica un cambio de mentalidad hacia un estilo de vida más consciente y sostenible.

Referencias:

Google News