Este año será un hito para nuestro país, así como para decenas de naciones en las que se llevarán a cabo elecciones.
Es relevante para el modelo democrático a escala global, toda vez que más de la mitad de la población mundial estará acudiendo a las urnas en los próximos meses, mientras que en México el 2 de junio más de 97 millones de ciudadanas y ciudadanos podrán decidir de forma colectiva un cambio político multinivel, toda vez que podrán renovar los gobiernos locales, estatales y el federal.
En este contexto, aquí algunas reflexiones sobre las diversas formas de pensar en la democracia que nos pueden ser útiles en los próximos procesos de participación, deliberación y elección.
En una primera aproximación, si la democracia implica esencialmente la certidumbre de las reglas de la competencia política y la incertidumbre de los resultados electorales, desde la perspectiva de Colomer, la relación entre democracia e incertidumbre se manifiesta como una condición natural en la democracia debido a la diversidad de opiniones, intereses y valores que prevalecen en una sociedad.
En este sentido, la democracia se convierte en un mecanismo para gestionar y canalizar la incertidumbre, a través de procesos políticos como las elecciones; proporcionando un marco institucional que permita a la ciudadanía expresar sus preferencias y resolver conflictos de manera pacífica y legítima.
La incertidumbre podrá impulsar la participación ciudadana y fortalecer la legitimidad de las decisiones políticas, asegurando el derecho a participar en la vida pública, pero sin la certeza de los resultados electorales en una competencia política que debería estar marcada por la pluralidad de alternativas.
Por su parte, Popper aborda el relevo del poder político de forma pacífica como un aspecto esencial para el buen funcionamiento de la democracia, a fin de realizar cambios pacíficos en el liderazgo y en las políticas de gobierno. Argumentando que la violencia y la coerción no son medios adecuados para resolver diferencias políticas porque pueden socavar la estabilidad y la legitimidad de un gobierno democrático.
Por lo tanto, el respeto por las normas democráticas y la aceptación de los resultados electorales serán elementos fundamentales para garantizar la continuidad del proceso democrático y la estabilidad social. Mantener un orden político basado en el respeto por las instituciones y los derechos civiles permitirá la preservación de la paz social en las sociedades democráticas.
Finalmente, Arendt, ofrece una perspectiva más amplia, en la que afirma que la democracia no se limita a un sistema de gobierno basado en la representación y la elección de líderes, sino que es un modo de vida que implica la participación de la ciudadanía en los asuntos públicos.
La acción política la establece como un medio para que las personas expresen su libertad y ejerzan su capacidad de iniciativa en la esfera pública, mientras que la participación política posibilita relaciones de igualdad y un espacio común donde puedan deliberar, negociar y tomar decisiones colectivas.
De ahí que la democracia se presenta como un proceso continuo de diálogo y acción, donde la diversidad de opiniones y la pluralidad de intereses pueden contribuir a enriquecer la vida política y a fortalecer los lazos de comunidad.
Considerando lo anterior, la democracia la podemos entender como ese mecanismo que nos servirá para establecer las reglas del juego y que también permitirá gestionar la incertidumbre en los próximos comicios; sin embargo, será elemental que se lleven a cabo en un entorno de paz, de respeto a la legalidad y de rendición de cuentas, ya que la violencia podría poner en riesgo la estabilidad democrática.
No obstante, la idea que podemos resaltar de todas estas reflexiones es la que se relaciona con la participación ciudadana en el proceso electoral. Sin duda, involucrarnos en los temas de interés colectivo y la libertad de expresar nuestra voluntad en las urnas determinará el rumbo de nuestras naciones.
Participar informadamente permitirá establecer límites al poder en una elección, aunque como señala Sen, deberemos también pensar en decidir cuáles serán las alternativas para lograr un desarrollo humano inclusivo y restaurar la confianza ciudadana, evitando así cualquier intento de menoscabo de la democracia. Desafío que debemos abordar simultáneamente los diversos países que habremos de elegir.