En un entorno laboral cada vez más competitivo, la experiencia práctica se ha convertido en un diferenciador clave para los jóvenes universitarios. Las estancias profesionales representan una oportunidad invaluable para que los estudiantes pongan en acción sus conocimientos, desarrollen habilidades y fortalezcan su perfil profesional desde el aula hasta la empresa.

Como profesora universitaria y coordinadora de estancias profesionales de la Escuela de Negocios, resulta profundamente satisfactorio acompañar a los estudiantes en la vivencia de este proceso y ser testigo de su evolución, no solo en la destreza de las competencias propias de su disciplina, sino especialmente en el dominio de habilidades blandas (softskills) como la capacidad de negociación, la comunicación efectiva, el análisis de situaciones complejas y de resolución de problemas, siendo esto uno de los logros más valiosos que brinda esta experiencia.

Durante la estancia, el estudiante tiene una inmersión total en una empresa donde le es asignado un proyecto con la finalidad de que pueda trascender la teoría para convertirse en protagonista de soluciones prácticas dentro de la operación de la misma, participando activamente en proyectos de impacto para la organización, lo cual fortalece su sentido de responsabilidad y su capacidad para trabajar en entornos colaborativos exigentes y, sobre todo, no controlados, ya que se están desenvolviendo en un ambiente real, donde convergen variables externas a las que se debe responder de manera estratégica.

Estoy convencida que nuestro principal enfoque es la formación de los jóvenes de una manera integral, y es justo en ese esfuerzo que surgen como elementos clave la vinculación y las alianzas con empresas y con sus líderes, quienes, demostrando un alto compromiso y empatía hacia los jóvenes, generan el entorno ideal donde se desarrollan habilidades interpersonales esenciales como liderazgo, gestión del tiempo y pensamiento crítico. De la misma manera, se presentan grandes posibilidades para establecer vínculos significativos en dicho entorno empresarial y, como consecuencia de ello, muchos estudiantes una vez concluida la estancia, son invitados a continuar como colaboradores, lo que convierte esta vivencia en una valiosa puerta de entrada al mundo laboral.

Las organizaciones que reciben a nuestros estudiantes también obtienen beneficios tangibles: ideas frescas, entusiasmo, nuevas perspectivas y una genuina disposición a aprender. Los alumnos se involucran con pasión en los proyectos asignados, aportando soluciones y contribuyendo al crecimiento de las empresas desde su mirada joven e innovadora.

Las estancias profesionales para la Escuela de Negocios del Tec de Monterrey, son mucho más que un requisito académico: son un puente de transformación que conecta la formación universitaria con el ejercicio profesional. En ellas se construye confianza, se afilan competencias, se comprenden los talentos que se poseen, se fortalece el carácter y se alimenta la vocación.

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