En el mes de septiembre solemos mirar hacia el pasado, a los héroes que nos dieron independencia. Sin embargo, también vale la pena mirar nuestro presente y preguntarnos ¿Qué acciones estamos tejiendo el día de hoy para sostener la libertad y justicia en nuestro país?

Es importante recordar que nuestra nación se ha construido de voces diversas, resistencias culturales y aspiraciones de libertad. Por esto, cabe destacar que todos formamos parte de un tejido mayor, en el que estas diversidades se cruzan. Construir un México incluyente implica constancia, escucha y respeto.

En el Tecnológico de Monterrey, el Centro de Reconocimiento de la Dignidad Humana impulsa esa reflexión: ¿Cómo construir un México donde todas las personas puedan vivir con respeto, inclusión y justicia? Desde este espacio se promueve una cultura de paz, igualdad y no discriminación, donde los derechos humanos sean el patrón que guía la trama y donde la igualdad se entienda como un trabajo colectivo. El CRDH hace esto a través de iniciativas interdisciplinarias como charlas, talleres vivenciales, círculos para la construcción de la paz y otros protocolos: capacitaciones a profesores, colaboradores y estudiantes; que buscan comunidades igualitarias para prevenir la violencia de género.

Un ejemplo de este trabajo se refleja en la exposición Cuando el hilo se hace red, en donde se presentaron una serie de muestras organizadas por el Tec con motivo de su 80° aniversario. Urdir la trama fue una de estas series en donde, a través de fotografías, piezas curatoriales y obras de arte; la muestra da cuenta de las historias de mujeres que han formado parte de la comunidad en distintas épocas. Como explica Felisa Gonzáles, directora del CRDH, esta iniciativa “nos permitirá llevar a la reflexión y diálogo…con una mirada realista de lo que se ha avanzado y lo que falta por hacer”. En este sentido, el entramado visual y narrativo de la exposición se convierte en un recordatorio de que la igualdad y la inclusión son procesos en construcción, tan necesarios como urgentes.

Más que una exposición, es también una vivencia comunitaria. Al recorrerla, el público se encuentra con memorias personales que se entretejen en una historia colectiva, haciendo visible cómo la dignidad humana puede expresarse en imágenes y voces. Tal como ha señalado Judith Ruiz Godoy, decana de la Escuela de Humanidades y Educación, la muestra permite ser “testigo de historias que se tejen y entretejen en un entramado entre el pasado, presente y hacia el futuro”. Así, la metáfora del tejido cobra vida en un espacio que invita a reconocernos como parte de un mismo lienzo social.

Preservar nuestra diversidad cultural y garantizar el respeto a la dignidad de cada persona son, en el fondo, parte de un mismo tejido social. Reconocer esto significa apostar por un país donde la libertad se teje no solo en las conmemoraciones patrias, sino en las acciones cotidianas que nos unen.

En este mes de septiembre, la pregunta sigue abierta ¿Qué nuevas independencias necesitamos tejer en nuestro presente para el México que queremos?

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