Cada 8 de noviembre se celebra el Día Internacional STEM (Science, Technology, Engineering and Mathematics), una fecha que busca inspirar a más jóvenes a interesarse por las áreas que están transformando nuestro mundo: Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas. El término STEM surgió en Estados Unidos a finales del siglo XX para agrupar estas disciplinas que, en conjunto, impulsan el desarrollo tecnológico y científico de la humanidad. Hoy, las carreras STEM son el motor de la innovación y la base del progreso económico, ambiental y social y abarcan desde la física, la química y la biología, hasta la ingeniería en sistemas computacionales, robótica y mecatrónica, pasando por matemáticas aplicadas, nanotecnología, ciencia de datos y muchas más.

Vivimos una época de avances tecnológicos vertiginosos. La Inteligencia Artificial (IA), que alguna vez parecía una fantasía de ciencia ficción, hoy está en nuestras manos: escribe textos, traduce idiomas, analiza datos, crea imágenes y hasta diseña soluciones médicas o ambientales. Pero la IA no está sola, la acompañan otras áreas que a la par han avanzado como la biotecnología, la robótica autónoma y el internet de las cosas (IoT) que están en nuestro día con día. Además, tenemos ya a la vista otras tecnologías emergentes como Computación espacial que busca mejorar la capacidad de las máquinas para comprender, moverse e interactuar con lugares y objetos del mundo real. También vemos avances en computación cuántica, interfaces bidireccionales cerebro-máquina, dinero programable, robots de trabajo humanoides, vibe coding y muchos temas relacionados con ciberseguridad.

Sin embargo, en este contexto de innovación, surge una pregunta clave: ¿estamos aprendiendo solo a usar la tecnología o también a entender cómo funciona? Aprender a programar, modelar datos o diseñar sistemas no es suficiente si no comprendemos los principios que los sustentan. Las nuevas generaciones necesitan no solo dominar las herramientas, sino ser capaces de crear las próximas. Entender cómo funciona la IA, por ejemplo, es el primer paso para hacerla más ética, eficiente y humana.

Estudiar una carrera STEM implica más que memorizar fórmulas: es aprender a pensar de forma crítica, resolver problemas complejos y trabajar en equipo para generar conocimiento nuevo. Las soluciones a los grandes retos globales aún no existen. Y precisamente por eso, necesitamos más jóvenes formándose en estas áreas: para imaginar, investigar y construir esas soluciones.

En la UDLAP, la comunidad STEM crece y se fortalece. El grupo STEM UDLAP reúne a estudiantes apasionados por la ciencia y la tecnología que desarrollan proyectos interdisciplinarios, promueven la innovación y representan a la universidad en foros y competencias nacionales e internacionales.

La convocatoria para integrar la tercera generación del equipo representativo STEM UDLAP ¡ya está abierta! Si te interesa formar parte de este movimiento que impulsa el conocimiento y el progreso, te invitamos a conocer más en

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