El presidente López Obrador no fue sutil, como en otros cambios de su gabinete. Esta vez no habló de renuncia, sino lo dejó claro: “tomé la decisión de sustituir a Irma Eréndira Sandoval”. En el video del anuncio del relevo en la Secretaría de la Función Pública se le veía seco, áspero, molesto.

Para el primer mandatario esta salida es la aceptación tácita de que su lucha anticorrupción es un fracaso, que no ha cumplido con su promesa emblema, la que lo llevó a arrasar en las elecciones presidenciales: Pío, Felipa, Bartlett y tantos más evidencian que el combate a la corrupción de este gobierno es una farsa. De hecho, el Inegi diagnosticó que la corrupción ha aumentado 9%.

El obradorato se ha caracterizado por perseguir parcialmente la corrupción del pasado y no hacer nada frente a la corrupción del presente. A los enemigos de López Obrador, les echan encima a la UIF, la FGR y la SFP. Para sus amigos, toda la impunidad. En esta danza de simulaciones, Irma Eréndira fue opacada por sus compañeros de gabinete: más sonaban Santiago Nieto y Alejandro Gertz, que ella, que era la zarina anticorrupción.

Justo hace un año –de esas efemérides involuntarias– presentamos en Latinus el reportaje sobre las casas de Irma Eréndira Sandoval y su esposo, John Ackerman, estrella de la televisión del gobierno. Declararon recibir sueldos que no justificaban su riqueza inmobiliaria: en tan solo 9 años compraron 5 propiedades. Y una más, que le regaló a Sandoval la administración de su compañero de gabinete, Marcelo Ebrard, cuando fue jefe de Gobierno de la Ciudad de México.

Justo hace un año, a raíz de esa publicación, se vino una embestida de ataques en mi contra. La secretaria de Gobernación, el titular de la UIF, el vocero presidencial y hasta el zar para la pandemia tuitearon para defender a la pareja Irma-John, y hubo incluso amenaza de demanda.

López Obrador no tuiteó ni dijo nada. Muy diferente a su tradicional virulenta reacción ante tantos otros reportajes. De hecho, fuentes de primer nivel en el gobierno federal me revelaron desde entonces que a partir del escándalo de sus casas, Irma Eréndira Sandoval perdió la cercanía, la confianza del presidente.

La consultora Spin reportó que la última vez que Sandoval fue invitada a la conferencia mañanera fue el 23 de enero de 2020. De ese tamaño “no salía en la foto”. Pero ella insistió en moverse: su hermano, Pablo Amílcar Sandoval, quería ser candidato a la gubernatura de Guerrero, y en Morena les atribuyen haber operado para reventar la candidatura de Félix Salgado Macedonio.

¿Qué se recordará de Sandoval? Que se estrenó exonerando a Manuel Bartlett y rebajando la 3 de 3 para que los funcionarios transparentaran menos. Eso, y claro, sus casas.

SACIAMORBOS

Temporada en la que todo le sale mal: caída del peso frente al dólar como no se había visto en 9 meses, repunte en la pandemia cuando Gatell ya había celebrado con mariachis, pleito con la clase media y una masacre en Reynosa a unos días de haber agradecido a la delincuencia organizada por portarse bien.

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