En el equipo de la presidenta Claudia Sheinbaum se comenta que, aunque falta mucho tiempo, Omar García Harfuch se perfila para ser prácticamente el único de sus cercanos que podría posicionarse en las encuestas para convertirse en candidato presidencial o, por lo menos, para volver a competir por la Ciudad de México. Y aunque no es morenista ni político, Sheinbaum le tiene confianza porque ha demostrado lealtad, eficacia y disciplina. Su reto al frente de la Secretaría de Seguridad es mayúsculo, pero en Palacio Nacional apuestan a que la estrategia de seguridad va a dar resultados tangibles hacia la mitad de la administración. Por otro lado, García Harfuch se ha convertido en un interlocutor clave en la relación con Estados Unidos.

Harfuch está encargado de la seguridad federal y coordina el gabinete en el que están la Secretaría de Defensa, Marina y la Guardia Nacional. Tiene la llave de la inteligencia civil a través del CNI, que encabeza Francisco Almazán Barocio y, apenas hace unos días, también la de la Unidad de Inteligencia Financiera, a donde envió a Omar Reyes Colmenares. Ahora que quede conformado el nuevo Poder Judicial igualmente se espera que tenga cierta injerencia en las decisiones de justicia, así como en la potencial designación de un nuevo fiscal general, en lugar de Alejandro Gertz Manero, quien si bien concluye su mandato en enero de 2028, se espera que el enroque suceda antes, hacia el próximo año.

Con Estados Unidos García Harfuch ha tenido una buena relación, tras algunas visitas a ese país durante la transición presidencial del año pasado y después. Su imagen se consolidó con una visita clave a Washington, el 31 de marzo pasado, en la que se reunió con el Departamento de Estado, el DOJ, el FBI, la CIA y la Oficina del Director Nacional de Inteligencia. Allí se habló de lo que realmente preocupa en la relación bilateral: lavado de dinero, extradiciones de alto perfil y el combate a los grupos criminales y sus relaciones político-económicas. La promesa es cortar lo mayor posible el flujo de fentanilo de México hacia EU.

Ese viaje fue la antesala del acuerdo que hoy lo pone a prueba: un compromiso formal entre México y Estados Unidos para intensificar la persecución financiera y operativa contra los cárteles mexicanos. Para Washington significa más arrestos y extradiciones rápidas. Para Harfuch implica garantizar resultados sin erosionar la narrativa de soberanía que Sheinbaum ha cuidado.

Justamente en ese renglón, en Palacio Nacional y en la oficina de García Harfuch cayó de peso la noticia sobre la orden ejecutiva que Donald Trump firmó y que instruye al Pentágono a preparar opciones de uso de fuerza militar contra cárteles latinos designados como organizaciones terroristas.

La reacción de Sheinbaum fue la esperada y, aunque descartó por completo la participación de tropas estadounidenses en operativos contra grupos criminales en el territorio nacional o cualquier tipo de invasión, la filtración mediática deberá convocarlos pronto a una nueva llamada o, más aún, al encuentro presencial que tienen pendiente.

Para García Harfuch el reto es enorme. Cada golpe al crimen organizado que tenga eco en medios estadounidenses será capital político para Sheinbaum… pero también una posible fuente de fricciones internas con quienes recelan de “ceder demasiado” en materia de seguridad. En la 4T no todos ven con buenos ojos la cercanía de Harfuch con las agencias estadounidenses, aunque nadie discute que su red de control le da herramientas inéditas para cumplir el acuerdo con el gobierno de Trump.

La presidenta lo sabe y lo respalda. Colocar a su gente —Francisco Almazán en el CNI y Omar Reyes Colmenares en la UIF— asegura una coordinación fina entre inteligencia operativa y financiera. Ahora faltan las Fiscalías y el Poder Judicial para cerrar la pinza, aunque muchos dirán que es mucho poder para García Harfuch.

Harfuch ha construido su poder con pragmatismo: menos ideología y más operaciones concretas; menos discurso y más control sobre la información. Pero este acuerdo lo obliga a pasar de la consolidación silenciosa al escrutinio constante. El margen de error es mínimo: si los números no convencen a Estados Unidos su credibilidad internacional se resiente y podría desatar consecuencias tan delicadas como un intento de invasión de tropas estadounidenses, pero si las acciones parecen dictadas desde fuera, su base política en México también se debilita.

Un operador con acceso a todos los hilos de la seguridad e inteligencia puede blindar a un gobierno, pero también se pone en riesgo si las cosas no salen bien. Harfuch está por descubrir qué tan firme es el puente que ha tendido hacia Washington y, más adelante, si sus números y aspiraciones políticas le alcanzan para una candidatura.

Posdata 1

En Morena tienen bien mapeado a García Harfuch. Las encuestas internas lo siguen posicionando fuerte en la CDMX y cada vez más a nivel nacional. El problema es que el secretario de Organización del partido, Andrés Manuel López Beltrán, no lo quiere. Andy no confía en el “hombre fuerte” de Claudia Sheinbaum por varios motivos, pero uno de ellos es porque sería su competidor en el 2030, ya sea en la capital o a nivel nacional… eso si no se le sigue descomponiendo la imagen tras su viaje a Japón y la forma en que intentó justificarlo: con una carta pública que evidenció inexperiencia política.

Posdata 2

La semana pasada la presidenta Claudia Sheinbaum y su gabinete de energía y finanzas presentaron el plan de “rescate” de Pemex. Lo anunciado es el reconocimiento de que el manejo de la empresa durante el sexenio de Andrés Manuel López Obrador fue terrible y empeoró su perfil operativo y financiero, y también que Octavio Romero fue un pésimo administrador.

Si bien se mantiene parte de la retórica de la autosuficiencia energética y financiera, el nuevo plan luce mejor, aunque difícil de lograr. La meta declarada es forjar un Pemex autosuficiente para 2027, con inversión robusta, disciplina financiera y un plan a largo plazo que equilibrará energía y soberanía.

El plan establece que Pemex no necesitará apoyo financiero del gobierno federal a partir de 2027, se proyecta reducir la deuda total hasta 77 mil 300 millones de dólares para 2030, contra los 105 mil millones de 2018, una meta ambiciosa que busca restaurar la salud financiera. Se creó un fondo de inversión por 250 mil millones de pesos (a través de Banobras) para proyectos estratégicos y pago a proveedores. Y se emitieron 12 mil millones en deuda (bonos) mediante un vehículo estructurado —la SPV Eagle Funding LuxCo— para atender obligaciones financieras inmediatas.

En lo operativo, el plan marca metas cuantificables: producir 1.8 millones de barriles diarios, expandir la producción de gas natural, reiniciar la petroquímica y construir infraestructura (coquizadoras, gasoductos, cogeneración, energía renovable, litio).

También se busca atraer financiamiento ESG (ambiental, social, gobernanza) y mejorar la percepción crediticia de Pemex. Fitch ya elevó la calificación a “BB”, algo inédito en más de una década, y la ruta también es recuperar el grado de inversión.

El rescate está enmarcado en cinco principios: soberanía energética, seguridad, sustentabilidad, justicia energética y austeridad. Esto marca una ruptura con la política anterior basada en subsidios.

La buena: que el gobierno ya no oculta la gravedad financiera de Pemex; el nuevo enfoque es institucional y estratégico, con metas claras de desendeudamiento, inversión y diversificación energética. La mala: que se tienen que alinear muchos factores a la vez: disciplina interna, precios de petróleo favorables, control de gastos, cero tolerancia a corrupción y ejecución impecable del plan. Si cualquiera de esas piezas falla, Pemex podría volver a necesitar rescates anuales antes de 2027 y echar por tierra el plan.

Posdata 3

La semana pasada se reunieron en Acapulco la gobernadora Evelyn Salgado, el secretario de Seguridad federal, Omar García Harfuch, y el titular de la Secretaría de Marina, el almirante Raymundo Morales Ángeles, donde definieron estrategias y acciones conjuntas para reforzar la seguridad de los ciudadanos con el respaldo del Gobierno de México y de las Fuerzas Armadas. El plan es consolidar la estrategia de seguridad en la entidad.

Posdata 4

Una de las fundaciones del sector privado que en medio de la crisis educativa y social del país se está aplicando para apoyar de manera concreta a los jóvenes sin posibilidad económica de estudiar es la sonorense Fundación Eva de Camou, que ha otorgado becas y apoyos a más de 100 mil jóvenes de Sonora y otras entidades del país en casi 10 años, en pro de una sociedad más justa, equitativa y sostenible.

Por esta razón, en una ceremonia de gala, Raúl Camou, director general del Grupo ISA, recibió las Palmas de Oro 2025 del Círculo Nacional de Periodistas.

@MarioMal

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