El 14 de agosto del 2024 fue inaugurado CU2 de la BUAP, un gran proyecto que fue ideado por la rectora Lilia Cedillo y apoyado por el ex gobernador Salomón Céspedes Peregrina.
Hoy, a casi un año de distancia, el campus luce como una universidad del primer mundo, pues los salones, laboratorios y áreas comunes no solo están equipadas con lo último en tecnología, sino que además, son amigables con el medio ambiente y sustentables.
Este moderno campus sigue creciendo, pues su razón de ser son los estudiantes y para 2030, espera recibir a 30 mil alumnos, 25 mil más de los que ahora forman parte de la primera generación.
Además, el plantel será cada vez más accesible, pues el transporte universitario, que es gratuito, también tendrá más unidades para comunicar a CU2 con CU.
El plan inmediato de la rectora Lilia Cedillo, artífice de este proyecto, es consolidar CU2 para dar más oportunidades de ingreso a los aspirantes a la BUAP, reducir los porcentajes de rechazo y mantener a la máxima casa de estudios en los primeros lugares de los ranking de las universidades con mayor prestigio en México, una labor que merece todo el impulso en estos tiempos tan convulsos a nivel mundial.
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Obras vemos, deudas no sabemos. Este refrán adaptado queda perfectamente para describir lo que pasó en el Museo Internacional del Barroco, luego de que el gobernador Alejandro Armenta puso al descubierto que uno de sus antecesores, Rafael Moreno Valle, dejó empeñado este recinto por un monto millonario que - como lo comentamos en la columna de ayer-, equivale a miles de apoyos y programas sociales.
Pero esa no es la única obra que dejó endeudado al estado, pues ocurrió lo mismo con el CIS de Angelópolis, con contratos a modo para beneficiar a unos cuantos de por vida.
El engaño costó muy caro al erario y a los poblanos, quienes sostienen con sus impuestos gran parte de la administración pública.
