En medio del ambiente de tensión y polarización que hoy recorre el país, ante las expresiones de rechazo popular que ocurrieron en más de 50 ciudades de la República el pasado 15 de noviembre contra Morena y sus gobiernos, se confirma que el próximo mes de diciembre ocurrirá la reaparición pública del expresidente Andrés Manuel López Obrador, que presentará un nuevo libro donde reflexiona sobre la historia de México, y está planeando un evento que será al mismo tiempo lanzamiento editorial y la primera salida a los reflectores públicos desde que terminó su mandato en octubre de 2024.

Fuentes cercanas a la familia del expresidente confirman que se planea ya el lanzamiento del libro y se analizan dos opciones para hacerlo. Que se presente en la Ciudad de México, en un evento en algún edificio del centro histórico o que, por razones de seguridad, se organice una presentación en Palenque, donde actualmente radica en su rancho, o en su tierra, en Villahermosa, Tabasco.

Sobre las versiones que han circulado previamente, sobre una gira para presentar el libro en varias ciudades de la República, las fuentes indican que no se contempla por el momento, primero por un tema de seguridad y segundo porque la presencia tan marcada y notoria del expresidente podría afectar a la presidenta Claudia Sheinbaum, que de por sí ya enfrenta un ambiente complicado con las protestas en contra de la inseguridad y violencia en su gobierno y los gritos de “¡Fuera Claudia!” que resonaron en la Ciudad de México y en las principales capitales del país en esa fecha.

Y es que, a pesar de su intento por minimizar el impacto que tuvieron las recientes movilizaciones del 15N, particularmente la respuesta represiva y violenta de la policía del gobierno de la Ciudad de México contra los manifestantes pacíficos, la imagen de la presidenta ya había empezado a resentir los efectos del desgaste, lo cual se refleja en una de las encuestas que solían presumir en sus conferencias mañaneras, de la firma Global Morning Consulting, que mide los niveles de aceptación de los presidentes del mundo.

En noviembre de 2024, cuando la doctora Sheinbaum tenía apenas un mes en el cargo, dicha encuesta le daba un 62% de aprobación, lo que la colocaba en el segundo lugar de los líderes internacionales, solo superada por el popular presidente de la India, Narendra Modi. Con esos datos los morenistas festejaron y presumieron --como lo hacían también con López Obrador--, que teníamos “a la segunda presidenta mejor evaluada del mundo” y se encargaron de difundir por todos lados, empezando por la mañanera, la citada encuesta.

Pues ese mismo estudio, de la misma consultora, pero exactamente un año después, acaba de dar a conocer su medición internacional y la noticia ya no mereció el festejo ni de la Presidencia ni de los propagandistas y bots de la 4T. La presidenta Sheinbaum cayó drásticamente, en sus niveles de aprobación, del 62 al 41%, con un aumento en sus niveles de rechazo que llegaron al 53%, lo que la tumbó del segundo lugar de esa encuesta hasta el noveno sitio, superada por el criticado presidente de Argentina, Javier Milei, y por el primer ministro de Canadá, Mark Carney, y ubicada en el mismo nivel de desaprobación del presidente de Estados Unidos, Donald Trump.

Por supuesto que ahora no hubo ni festejos, ni bots pagados, ni Epigmenios, Fisgones o periodistas cuatroteros que salieran a ensalzar a la presidenta; mucho menos presentaciones del sondeo en la mañanera. En vez de eso, el mes de noviembre, casi al mismo tiempo que salía esa encuesta, la presidenta Sheinbaum empezaba a su peor crisis política y de gobierno con el asesinato del alcalde de Uruapan, Carlos Manzo, a la que ella negó apoyo para combatir a los cárteles de la droga que terminaron asesinándolo de manera pública y brutal.

Pero la muerte de Manzo, con la rebelión popular que trajo en Michoacán, era apenas el inicio de esta gran crisis que todavía hoy no puede resolver la presidenta, y para la que no le han alcanzado ni su fallido y cuestionado “plan Michoacán” que se propone todo menos acabar con los grupos del narco que tiene asolado al estado, ni sus anuncios pamboleros del próximo mundial. El pasado sábado 15, con la movilización de cientos de miles de mexicanos a lo largo y ancho de la República, los gritos de hartazgo y de rechazo a la violencia narca que no enfrenta su gobierno, confirmaron que la presidenta no está en su mejor momento, aunque ella se diga “fuerte”, y que su imagen y su popularidad están en crisis.

Basta ver las reacciones internacionales, particularmente la del presidente Donald Trump desde la Casa Blanca, condenando la represión policíaca en contra de ciudadanos que se manifestaron pacíficamente en la Ciudad de México, para entender que Sheinbaum está muy lejos de haber superado el peor impasse que ha vivido en su primer año de ejercicio de poder.

Y falta ver también si las encuestadores mexicanas, esas que siguen sosteniendo niveles de aprobación del 70% en sus estudios, registran el fenómeno de su caída de imagen y aprobación, que ya quedó de manifiesto en la encuesta favorita de López Obrador, de Morena y, al menos hasta hace un año, de la propia presidenta.

Por todo eso, si se pudiera esperar prudencia y mesura del caudillo tropical, su reaparición pública, con el pretexto de la presentación de su libro, tendría que ser un acto sencillo, moderado y desde su propio rancho o su tierra tabasqueña. Volver a la Ciudad de México y, peor aún, anunciar una gira por la República, sería por parte del expresidente, una clara decisión de echarle más leña al fuego. Y entonces sí la presidenta tendría razones para pensar que la “terrible conspiración” en su contra no es sólo de la malvada y perversa derecha y de sus personeros empresarios, sino que también desde su propia casa, la perra brava, la está mordiendo.

NOTAS INDISCRETAS… La criminalización de la protesta y de la libre expresión en la que está incurriendo la Jefa de Gobierno, Clara Brugada, es algo que podría marcar definitivamente su ejercicio del poder. Porque cada vez surgen más testimonios de que varios de los 19 jóvenes detenidos, varios de ellos estudiantes del Politécnico Nacional, no son los mismos que ejercieron violencia contra los policías antimotines, antes de que fueran los policías los que arremetieran no contra los del Bloque Negro, sino contra todos los manifestantes pacíficos o incluso transeúntes ajenos a la marcha que fueron golpeados y detenidos sin razón alguna. Para acusar de “tentativa de homicidio”, como pretenden hacerlo Brugada y la nueva fiscal carnala, Bertha Luján, tendrían que tener pruebas fehacientes y contundentes de que los 8 jóvenes a los que ayer les iniciaron proceso por ese delito grave, son los mismos que atacaron e hirieron a policías. De lo contrario, Brugada y Alcalde estarían cruzando una línea muy delicada que las colocaría no sólo como represoras, que ya lo son por haber dado una orden a los granaderos que nunca les dieron en otras manifestaciones incluso más violentas como las del 2 de octubre, sino quedarían como persecutoras y creadoras de “presos políticos”, nada menos que jóvenes y estudiantes, en la era de la 4T. Porque cada vez es más claro, por los testimonios de familiares y los videos que circulan profusamente, que cuando hablan de que detuvieron “en flagrancia” a todos los jóvenes que hoy tienen en el Reclusorio Norte, están blofeando jurídicamente porque tendrán que probar que todos los detenidos cometieron los delitos que les imputan y mostrar evidencias de la flagrancia. Y es que a muchos de ellos, como el caso de un joven que ni siquiera fue a la marcha y que salió a trabajar ese día, según el testimonio de su madre, los agarraron al azar y solo porque estaban en el paso de los enfurecidos granaderos que, después de haber soportado más de tres horas del embate y agresiones del Bloque Negro, salieron como perros rabiosos, con la orden de sus superiores de “defiéndanse y detengan”, no a buscar quienes los atacaron, sino quienes pagaran por eso. ¿Serán la jefa Brugada y la fiscal Alcalde las nuevas represoras y persecutoras de los derechos sociales y constitucionales?... Y en otros temas, en Zacatecas siguen las divisiones del grupo político de los Monreal, que nomás no se ponen de acuerdo para elegir a un candidato o candidata realmente competitivo para las elecciones de 2027. Y mientras el gobernador insiste en apoyar a su “favorita” y cuñada, la senadora Verónica Díaz, y el líder del clan familiar, Ricardo Monreal no quiere a su también cuñada pero no se decide por un perfil ganador, en las encuestas empiezan a destacar perfiles y nombres que no necesariamente son del monrealismo, pero que podrían llegar con fuerza, y hasta con apoyo de Palacio Nacional, a la candidatura a gobernador. Es el caso del exalcalde de Zacatecas y actual diputado federal, Ulises Mejía, quien en una encuesta reciente de la firma Gobernarte, salió en el primer lugar de intención del voto, con el 30% de menciones, muy por arriba de los demás aspirantes, como el senador José Narro, que apenas llegó al 17% y la candidata del gobernador Monreal, Verónica Díaz que aparece en un lejano tercer lugar con el 15.9%. Mejía no es ningún improvisado y arrastra buena popularidad y conocimiento por su administración en la capital, además de que es visto como una figura emergente que no está bajo la influencia del grupo monrealista. Nomás como dato, al diputado Ulises lo han visto al menos dos veces recientes en Palacio Nacional, donde dicen que ya le dieron luz verde para moverse en busca de la candidatura a gobernador, aunque le pidieron que tiene que buscar el consenso del líder morenista, Ricardo Monreal. Y para aumentar sus posibilidades, Ulises Mejía fue el único político zacatecano que en la interna de Morena de 2024, la de las corcholatas, se la jugó con la doctora Claudia Sheinbaum. Así que su nombre puede resultar la solución al galimatías y los jaloneos en los que se metió el monrealismo a partir de que, desde la dirigencia nacional Morena y claramente también desde Palacio Nacional, les vetaron a su hermano Saúl. ¿Será que este Ulises zacatecano llegará a su Itaca en las boletas electorales del 2027?... Se baten los dados. Repite la Serpiente. Semana de caídas.

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