Hace algunos años circulaba este chiste: le preguntaron a un estadounidense y a un cubano si en su país había escasez de carne. ¿Qué quiere decir escasez? preguntó el primero, ¿qué quiere decir carne? preguntó el segundo.

Algo parecido podría aplicarse a lo que dijo en la mañanera del pasado 21 de julio la secretaria de Seguridad: que el Presidente López Obrador es muy exigente y que quiere resultados claros y concretos. Pero, ¿qué quiere decir ser exigente? ¿Y qué quiere decir resultados concretos?

Depende de si se le pregunta a los funcionarios o a los ciudadanos.

En el primer caso, siempre afirman que hay disminución de la violencia (según la misma funcionaria, en el primer semestre de 2021 hubo una reducción de 24.6% de los delitos de fuero federal, 11.4% de los de delincuencia organizada, 3.5% en los homicidios dolosos, 3% en robos) y cuando no lo pueden afirmar, le echan la culpa a otros factores (como las elecciones) o lo minimizan (como el aumento en los feminicidios o en el robo en transporte colectivo).

Pero en el segundo caso, los ciudadanos no vemos que esa exigencia presidencial por obtener resultados concretos sea algo más que un discurso vacío. Porque lo que vemos y vivimos es que la violencia no solo sigue tan campante, sino que es cada día peor, que los delincuentes están a plena luz del día y hacen lo que les viene en gana en carreteras, poblados y ciudades sin que el gobierno intervenga porque simple y sencillamente no puede con ellos, con todo y que ha creado cuerpos especializados y que le ha dado todo el poder al ejército, algo que precisamente fue lo que le reclamó AMLO a los presidentes anteriores y que le hizo ganar votos por prometer que las cosas serían diferentes.

Pero todo esto ya lo sabemos, y si lo traigo a colación es porque hoy nos llamaron a votar para juzgar a esos expresidentes (aunque la pregunta sea muy enredada, han tapizado la ciudad de carteles que dicen que se trata de eso) por sus decisiones, acciones y omisiones.

Debo decir que si bien fui muy crítica de todos los presidentes anteriores, tanto en este espacio de EL UNIVERSAL como en mis libros, considero que si se los quiere juzgar, allí están las instancias legales para hacerlo, sin necesidad de este circo. Y le llamo circo porque es eso, una manera de tapar lo realmente importante con una pregunta cuya respuesta todos conocemos de antemano, y que no es sino una venganza contra los ricos y poderosos de esas que tanta emoción le producen a quienes no lo son. Por no decir que es lamentable que eso se considere participación ciudadana, como nos quieren hacer creer sus organizadores, algo por lo que tanto se ha luchado y que así se reduce a nada.

Si lo que se quiere es hacer una consulta para realmente saber lo que piensan (e incluso lo que proponen) los ciudadanos, hay que hacerla sobre los temas que nos preocupan y nos afectan, como son la violencia, la economía, el abasto de medicamentos, los recortes presupuestales, etc.

Pero eso no lo va a preguntar el gobierno, ni lo van a proponer y organizar los incondicionales de la 4T, pues por exigente que sea el Presidente y por deseoso que esté de obtener resultados concretos y aunque sus cifras sean en el sentido de que todo mejora, él sabe bien que lo que ha obtenido hasta hoy no es (y está muy lejos de ser) lo que necesitamos y exigimos y merecemos.

Escritora e investigadora en la UNAM.
sarasef@prodigy.net.mx
www.sarasefchovich.com

Google News