Al cancelar el diálogo que hoy tendría con los ambientalistas, espeleólogos, activistas y actores y actrices que se sumaron al movimiento #SelvameDelTren, con el pretexto de que “algunos de ellos expresaron públicamente que no asistirían”, el presidente López Obrador y su gobierno están reconociendo tácitamente que ese grupo tiene la razón en cuanto a las denuncias de ecocidio y violaciones a la ley que se están cometiendo en la construcción del tramo 5 del Tren Maya por una sencilla razón: no existen los estudios de impacto ambiental que soporten y apoyen la decisión de talar la selva y poner en riesgo al milenario sistema de acuíferos subterráneos de la península de Yucatán.
 
Una fuente directa de la Semarnat confirmó a esta columna que no se ha levantado un estudio del impacto que tendrá en el ecosistema y en el medio ambiente de los más de 100 kilómetros de superficie selvática que está siendo talada para instalar las vías que conducirán el tren prioritario para este gobierno. Ni la Dirección General de Impacto y Riesgo Ambiental, que es la directamente encargada por la ley, ni la delegación de Semarnat en Quintana Roo, han realizado ni levantado ningún estudio de impacto ambiental sobre el nuevo trazo del Tramo 5, que va de Cancún a Tulum, ni tampoco la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente ha exigido la presentación de ese estudio, porque la instrucción directa del presidente ha hecho callar a la inexistente secretaria de Medio Ambiente, María Luisa Albores, y a todo su equipo de colaboradores que no se atreven a desafiar la orden terminante del presidente para que el Ejército y sus maquinarias empezaran a talar la selva violando abiertamente la Ley ambiental del país.
 
Incluso, la fuente consultada reconoció que no sólo no se ha elaborado el estudio de impacto ambiental del nuevo tramo, sino que además, ya en el nuevo trazo por la selva, que decidió directamente el presidente con el Ejército, también le han hecho varios cambios al primer trazo que se había decidido, por lo que ninguna área de la Semarnat ha estado directamente en el campo de las obras para supervisar el trabajo de los militares, que van arrasando selva a toda velocidad, y mucho menos para medir el impacto que esa tala inmoderada tendrá en la selva, que es considerada refugio del jaguar y otras especies amenazadas, y sobre todo en el sistema de acuíferos y ríos subterráneos y cenotes que se ubican en la zona.
 
¿Cómo es que el presidente puede dar una orden autoritaria al Ejército y éste obedecer y empezar a talar selva sin cumplir con un requisito legal y obligatorio que establece la Ley General de Equilibrio Ecológico y Protección al Ambiente en su artículo 28 para cualquier obra pública o privada que se realice en el país?
 
Es muy probable que en esta grave violación de la ley del presidente, con el silencio cómplice de su secretaria de Medio Ambiente y de la indolente titular de la Profepa, Blanca Alicia Mendoza, intente ser subsanado de inmediato y que aparezca, de la nada, un estudio de impacto ambiental que obligarán a firmar a funcionarios de segundo nivel para eludir posibles responsabilidades penales; pero lo que es un hecho es que el presidente de este país violó la ley con la ayuda del Ejército mexicano, al haber iniciado un desmonte y tala de árboles en el citado tramo 5 del Tren Maya, sin tener antes, presentado y aprobado, los estudios de impacto ambiental correspondientes.
 
Esa y no el anuncio de Eugenio Derbez de que no asistiría a la reunión de hoy en Palacio Nacional, debe ser la verdadera razón por la que López Obrador decidió cancelar el diálogo al que él mismo había invitado a los ambientalistas, espeleólogos y activistas que, de cualquier manera, ya se habían trasladado a la Ciudad de México y hoy estarán dando una conferencia de prensa afuera del Palacio presidencial, en donde ya no quisieron recibirlos sin Derbez, para exponer y evidenciar que este gobierno, además de cerrarse al diálogo está violando flagrante y cínicamente las leyes ambientales de este país y amenazando el equilibrio ecológico de una zona única en el planeta por su diversidad ecológica y sus sistema de aguas subterráneas que tardaron 2 millones de años en formarse. Todo por un capricho y un arranque autoritario del presidente.
 
Tal vez el mandatario pueda negarse a dialogar con los especialistas que lo acusan de cometer un ecocidio, tal vez también pueda, como lo ha hecho, seguir ejerciendo su poder autoritario y hacer que los soldados del ejército se conviertan en asesinos ambientales por órdenes de su comandante supremo que los tiene cebados a punta de dinero; pero lo que no podrá eludir López Obrador, con todo su poder y autoritarismo, es el ser señalado y acusado por violentar la ley y, sobre todo, el pasar a la historia como uno más de los muchos presidentes que en la historia de México vendieron, por intereses económicos o políticos, las riquezas naturales y el medio ambiente único de este país.
 
Por eso no quiso dialogar el presidente con los ambientalistas a los que descalificó, atacó y denigró por sus denuncias de ecocidio en la selva maya; porque no tiene argumentos ni mucho menos estudios ambientales que avalen sus caprichos imperiales. Y aunque se los hagan al vapor y se los firmen los también ecocidas cómplices de la Semarnat, nadie le quitará al tabasqueño la responsabilidad histórica de haber afectado un patrimonio ambiental único y extraordinario, justo cuando el mundo está avanzando hacia su autodestrucción por el cambio climático. Cuando no haya agua, vida y naturaleza, ¿de qué le va a servir su trenecito al emperador?
 
NOTAS INDISCRETAS… Ayer Donald Trump, a quien el presidente López Obrador tanto añora y extraña, le recetó al mandatario mexicano una de las peores exhibidas que se recuerden en la compleja relación México-Estados Unidos. Dijo el polémico expresidente desde Columbus, Ohio, donde estuvo en un mitin en contra del presidente Biden, que al presidente de México lo había “doblado” en 2019 con la amenaza de imponer aranceles a las exportaciones mexicanas y que había logrado con ello, que López Obrador le mandara “gratis” 28 mil soldados del Ejército mexicano a la frontera. “Nunca había visto a nadie doblarse así”, dijo Trump al referir la plática que tuvo a finales de mayo de 2019 con el canciller Marcelo Ebrard quien lo visitó, por encomienda del presidente, en la Casa Blanca. La encuerada de Donald Trump fue brutal para el presidente y para el propio Marcelo, de quien refiere que primero se negó a su petición de mandar soldados mexicanos a la frontera norte y sur para frenar la migración ilegal centroamericana, pero que después, cuando lo amenazó con que declararía el 25% de impuestos a las exportaciones mexicanas aquel mismo lunes, Ebrard pasó de decir “no consideramos hacer eso” a tirarse a los pies del mandatario estadunidense y decirle que “sería un honor mandar soldados mexicanos a la frontera”, según la versión de Trump. ¿Y ese era el amigou al que tanto le lloró AMLO y por cuya derrota se negó a reconocer el triunfo de Biden? Y también, a partir de lo que afirma el expresidente estadunidense ¿qué fue a celebrar López Obrador a Tijuana el 8 de junio de 2019 cuando Marcelo Ebrard le dijo “misión cumplida” y el presidente proclamó la “defensa de la dignidad nacional”? ¿Celebraban la bajada de pantalones o que de plano les gustó?... Todo apunta a que hoy en la Suprema Corte, el gobierno federal recibirá un nuevo revés con su propuesta de crear el Registro Nacional de Telefonía Celular a partir de los datos biométricos y personales de los usuarios de telefonía móvil en México. El pleno de los 11 ministros discute hoy el proyecto de su compañera Norma Piña, que plantea darle la razón al IFETEL en su controversia de inconstitucionalidad de dicha medida. Según comentan en la Corte es muy probable una mayoría de 8 a 3 o hasta 9 a 2, por lo que no habrá el polémico registro, que por cierto fue propuesto por el subsecretario de Seguridad, Ricardo Mejía Berdeja, el mismo que le importa tanto la seguridad de los mexicanos, que hace poco pidió licencia para irse a “promover la Revocación de Mandato” a Coahuila y de paso hacer campaña para la gubernatura el año próximo. Si con esos criterios quería crear el registro celular a partir de la información confidencial y personal de los mexicanos, ya nos podemos imaginar en que hubiera acabado el llamado PANAUT. Qué bueno que seguimos teniendo a la Corte autónoma e independiente… Los dados mandan Serpiente Doble. Vuelven recargados y listos a buscar siempre los mejores tiros para los lectores.

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