Desde el 8 de marzo pasado, la autoridad cuenta con el Protocolo del Instituto Nacional Electoral (INE) para la Atención a Víctimas y la Elaboración del Análisis de Riesgo en los Casos de Violencia Política Contra las Mujeres en Razón de Género, que plantea entre otros factores un plan de acciones para las afectadas.

De acuerdo con el documento publicado por el organismo federal, es uno de los primeros que diseñan desde que en 2020 se les dieron facultades para sancionar e investigar la violencia política de género.

En el INE, señalan de inicio, es la Unidad Técnica de lo Contencioso Electoral de la Secretaría Ejecutiva la que tiene a su cargo tanto la recepción de las denuncias, como el contacto con la víctima, así como el análisis de riesgos y el protocolo a seguir, con un objetivo general.

"Establecer los ejes rectores de la atención de primer contacto y de la elaboración del análisis de riesgo que permitan determinar la necesidad de dictar las medidas de protección y/o plan de seguridad a las mujeres que presenten una queja o denuncia", señala el texto.

Para el análisis de los riesgos el INE cuenta con un cuestionario de 73 preguntas que buscan identificar el nivel de peligro que se enfrenta y que puede ir del más alto, con riesgo de feminicidio; medio, con tocamientos y empujones; y bajo, con humillaciones públicas, entre otros factores.

Con este cuestionario se identifican también riesgos altos como el hecho de que los agresores pertenezcan a algún grupo ligado al crimen organizado, que consuman drogas o que cuenten con armas.

Tras la aplicación de este cuestionario el organismo puede entonces realizar un análisis de la situación de riesgo, determinar medidas cautelares y plantear un plan de seguridad que tiene algunos lineamientos generales.

Entre ellos está contar siempre con un celular utilizable que tenga batería y saldo y enlistar los números de teléfono relevantes e incluso memorizarlos.

También considera informar a las personas cercanas sobre el riesgo en el que se encuentran, identificar artículos que hay que llevar en caso de tener que movilizarse, contar con una ruta de escape y también con una bitácora.

En el caso de la ruta de escape el plan de seguridad plantea que hay que detectar los lugares donde en el pasado se identificaron los episodios de violencia, así como los que ocupan mayor tiempo de permanencia en las actividades cotidianas.

Por otro lado se recomienda realizar un dibujo de las puertas, ventanas, vías de salida y calles por las que se podría realizar una vía de escape, así como los tiempos que podría implicar un traslado.

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