En los corazones y carteras de los políticos poblanos más de uno guarda santos, imágenes y vírgenes a las cuales se encomiendan según su fe hasta en tiempos electorales.

Desde 2010, Thomas More o Santo Tomás Moro se convirtió  por proclamación del Papa Juan Pablo II en el santo patrono de los gobernantes y políticos.

El inglés incluso guarda relación con Puebla, pues su obra Utopía que describe una sociedad ideal se escribió en 1516  e historiadores consideran que inspiró la fundación de la ciudad en 1531.

Mientras que el arzobispo Víctor Sánchez Espinosa ha resaltado que su nombramiento se debió a que Moro puso el ejemplo que escuchando la llamada de la verdad, se puede actuar con libertad, orientando con seguridad los propios actos hacia el bien.

Sin embargo, a pocos años del reconocimiento como patrono de los que hacen política, no tiene alguna festividad relevante en la entidad o adeptos entre los estadistas, como sí sucede con otras figuras de la iglesia.

Entre ellas, destaca por ejemplo el Señor de las Maravillas, a quien se le celebra el 1 de julio, pero también en uno de los viernes de Cuaresma y en la Procesión de Viernes Santo.

En su día, celebrado en julio pasado, por ejemplo, en el Templo de Santa Mónica hizo presencia la senadora ahora sin partido Nancy de la Sierra Arámburo, quien hasta hizo un live de su historia y la fe que le tiene.

En vísperas de la muerte de la actriz Carmen Salinas Lozano, la presidenta del Organismo Nacional de Mujeres del Partido Revolucionario Institucional (ONMPRI), Xitlalic Ceja García, también prometió el año pasado a su amiga y compañera del triciolor que le llevarían veladoras al ícono poblano.

Mientras que en Tepeaca ha resaltado la devoción del coordinador del partido Movimiento Regeneración Nacional (Morena) en el Congreso local y aspirante a la gubernatura, Sergio Céspedes Peregrina, al Santo Niño Jesús Doctor de los Enfermos y los Doctores.

Tanto cuando fue alcalde como ahora que es también presidente de la Junta de Gobierno y Coordinación Política, ha aprovechado para resaltar en sus redes sociales el valor cultural de la imagen, pero también su significado religioso.

La Virgen de Guadalupe es otra figura del catolicismo a quien los políticos poblanos le han demostrado su fe, como ocurrió en febrero de 2010 cuando el ahora procesado por feminicidio Javier López Zavala acudió a la misa que se dedica a Puebla en la Basílica de Guadalupe, cuando era precandidato del PRI a la gubernatura.

Otro político que ha manifestado abiertamente su fe a la guadalupana y que ha presumido visitas al Cerro del Tepeyac es el alcalde Eduardo Rivera Pérez del Partido Acción Nacional (PAN).

Sin embargo, este año se sumó también a la procesión de la Virgen de la Defensa.

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