En Puebla existen rincones poco explorados que, por su belleza e historia, merecen una visita antes de convertirse en masificados. A continuación, te presentamos cuatro lugares poco conocidos de Puebla que debes visitar antes de que se llenen de

Aunque Puebla es reconocida por su riqueza cultural y arquitectónica, también guarda joyas naturales y sitios históricos que permanecen fuera del radar de los viajeros. Desde una laguna de aguas heladas custodiada por montañas, hasta una “playita” con aguas que cambian de color, estos destinos ofrecen experiencias únicas en contacto con la naturaleza, ideales para quienes buscan aventura, tranquilidad y paisajes poco intervenidos.

1. Laguna de Quechulac, Guadalupe Victoria

Ubicada en el municipio de Guadalupe Victoria, la Laguna de Quechulac se extiende como un espejo de agua entre campos semiáridos donde pastan borregos y se aprecia la silueta lejana del Pico de Orizaba. Con una forma alargada, mil 200 metros de diámetro y una profundidad de 40 metros, este cuerpo de agua alberga charales y truchas arcoíris, que pueden ser pescadas y cocinadas en el sitio por los lugareños.

El entorno está marcado por paredes volcánicas cubiertas de tules, hogar de aves acuáticas, anfibios y pequeños mamíferos. En el centro de la laguna hay un islote con un Ojo de Dios, una ofrenda que evoca la espiritualidad del lugar. Aunque las aguas son frías y no aptas para nadar, se puede recorrer en lancha guiado por pescadores locales, quienes además comparten leyendas como la existencia de un cerro sumergido bajo sus profundidades.

Foto: Facebook Laguna De Quechulac
Foto: Facebook Laguna De Quechulac

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2. Pie de Vaca, Tepexi de Rodríguez

Al noroeste de Tepexi de Rodríguez se encuentra Pie de Vaca, una zona paleontológica que guarda vestigios de la era del Cenozoico Tardío, con una antigüedad estimada de 35 millones de años. En este lugar se conservan huellas fosilizadas de antiguos mamíferos como camellos, felinos y flamencos que habitaron un antiguo lago prehistórico.

El nombre del sitio proviene de las huellas que recuerdan las pisadas de una vaca, aunque se ha determinado que la mayoría pertenecen a camellos. Junto a la zona arqueológica se encuentra el Museo Pie de Vaca, que ofrece cinco salas y un patio con fósiles descubiertos tanto en Pie de Vaca como en la cantera de Tlayúa. Una visita aquí no solo es un viaje en el tiempo, sino una oportunidad para conocer la historia natural de Puebla.

3. El Cajón, Xicotepec

En la comunidad de La Ceiba, a menos de una hora de Xicotepec, se encuentra El Cajón, un rincón natural formado por pozas cristalinas alimentadas por el río Cilima. Este sitio es perfecto para nadar, hacer clavados y disfrutar de un entorno rodeado de formaciones rocosas moldeadas por el paso del tiempo.

La experiencia se complementa con una caminata por el cerro donde brotan las aguas que dan origen a estas piscinas naturales. Muy cerca se ubica El Jonote, una comunidad con cascadas imponentes como la Cascada Basáltica, que cae desde 25 metros entre cafetales, bambús y viveros. Sin duda, un destino ideal para quienes aman el ecoturismo y la fotografía de paisajes.

4. Playita de Tres Colores, Tlatlauquitepec

Aunque Puebla no tiene costa, en el Pueblo Mágico de Tlatlauquitepec existe un rincón que desafía esa idea: la Playita de Tres Colores, localizada en la comunidad de Macuilquila. Este fenómeno natural se encuentra en la presa de La Soledad, donde el río Apulco forma una pequeña playa de arena clara, con aguas que cambian de tonalidad entre azul, verde y rosa dependiendo de la hora del día y la luz solar.

A pesar de ser un río, la suavidad de su corriente y el colorido de sus aguas lo hacen parecer una playa escondida en la sierra. Es un lugar perfecto para descansar y conectarse con la tranquilidad de la naturaleza, lejos del bullicio turístico.

Esta Playita de Tres Colores en Puebla es un lugar lleno de paz | Foto: Instagram roles
Esta Playita de Tres Colores en Puebla es un lugar lleno de paz | Foto: Instagram roles

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Por lo tanto, visitar estos lugares poco conocidos de Puebla no solo es una oportunidad para descubrir nuevos paisajes, sino también para contribuir al turismo responsable. Al hacerlo, es importante respetar el entorno, apoyar a las comunidades locales y preservar estos espacios únicos para las futuras generaciones.

¿Listo para planear tu próxima escapada? Aprovecha antes de que estos paraísos sean descubiertos por todos.

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