La riqueza y vastedad del mar poblano es asombrosa, por algo Jacques Cousteau, el afamado oceanógrafo, una eminencia en el conocimiento de las profundidades, quedó asombrado al conocerla.
Ubicada en el municipio de Tepeyahualco de Hidalgo, la Laguna de Alchichica posee una riqueza asombrosa, y su existencia es una referencia que sostiene la teoría de que en algún momento Puebla tuvo mar.
La pureza de sus aguas y la diversidad tanto de su flora como de su fauna se complementan con la existencia de múltiples leyendas, una de las cuales sirvió para establecer que, en las profundidades de la Laguna de Alchichica, se encuentra la Atlántida mexicana.
Se dice que de las aguas de la Laguna de Alchichica salen y entran esferas de luz multicolor muy brillantes. Por ello, se considera que en el fondo de la laguna hay un cráter con una caverna que oculta las misteriosas luces.
A ello se agrega la creencia de que en la Laguna de Alchichica hubo un centro ceremonial de antiguas culturas prehispánicas. Además, se considera que por su pureza y características, sus aguas están conectadas con el océano. El agua tiene una alta salinidad.
Otra leyenda advierte sobre la existencia de una sirena de cabello plateado que se aparece en la superficie cada que hay luna llena.
La Laguna de Alchichica es considerada como un axalapasco. Los axalapascos son enormes cuerpos de agua de varios kilómetros de diámetro que se formaron en las montañas volcánicas de cima plana que, después de la explosión de material ígneo y la erosión de los cráteres, formaron lagunas de cráteres.
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