A tan solo tres horas de la Ciudad de México, en el municipio de Huehuetlán el Grande, Puebla, se encuentra la cascada de San Agustín Ahuehuetla, también conocida como “El Aguacate”. Este destino ofrece una experiencia única para los amantes de la naturaleza y el ecoturismo que buscan una escapada de ida y vuelta desde la capital del país.
La cascada principal tiene una altura de entre 10 y 12 metros, dependiendo de la temporada, y forma una poza de aguas cristalinas con tonalidades turquesa y jade, producto de los minerales presentes en la zona. Además, existe una segunda cascada de menor altura, que complementa el paisaje natural del lugar.
El entorno está rodeado de ahuehuetes centenarios y una vegetación abundante, especialmente durante la temporada de lluvias. El río Huehuetlán acompaña el recorrido, ofreciendo vistas espectaculares y la oportunidad de disfrutar de un ambiente tranquilo y refrescante.

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¿Cómo llegar desde la Ciudad de México?
Para llegar a San Agustín Ahuehuetla desde la Ciudad de México, se recomienda tomar la autopista México-Puebla (MEX-150D) y continuar hacia el sur hasta llegar al municipio de Huehuetlán el Grande. Desde allí, se debe seguir un tramo de aproximadamente 20 minutos por un camino de terracería hasta el pueblo de San Agustín Ahuehuetla. Una vez en el pueblo, es necesario realizar una caminata de entre 40 y 60 minutos para llegar a la cascada.
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Recomendaciones para los visitantes
- Equipo adecuado: Se recomienda llevar calzado cómodo y antideslizante, así como ropa ligera y un impermeable en temporada de lluvias.
- Hidratación y alimentos: Es importante llevar suficiente agua y algunos alimentos ligeros, ya que en la zona no hay tiendas o restaurantes cercanos.
- Respeto al medio ambiente: Los visitantes deben evitar dejar basura y respetar la flora y fauna del lugar para conservar este paraíso natural.
San Agustín Ahuehuetla es una excelente opción para quienes buscan una escapada de un día desde la Ciudad de México. Su belleza natural, combinada con la tranquilidad del entorno, lo convierten en un destino ideal para relajarse y disfrutar de la naturaleza.