Además de sus Pueblos Mágicos y el patrimonio arquitectónico, Puebla también tiene sitios naturales que guardan un poco de misterio y que son muy atractivos para los visitantes, como lo es la laguna que cambia de color.
Se trata de la laguna de San Luis Atexcac que se encuentra en el municipio de Guadalupe Victoria, por la zona de Libres-Oriental, a unos 90 minutos de distancia de la ciudad de Puebla.
Atexcac es una palabra que se conforma por términos náhuatl “Atl” que al español se traduce como “agua”; “tecali”, que significa “peñasco” y el sufijo “Ac”, lo que se traduce como "en las aguas escarpadas".
Esta laguna por sí sola ya es un gran atractivo, pues se encuentra dentro de un cráter de un volcán inactivo, pero su peculiar característica es que cambia de color.
Así es, a veces podrás ver que el agua refleja un hermoso azul o que brilla como una gran joya turquesa. Eso es posible por la condiciones de la luz durante el día.
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El cuerpo de agua siempre luce quieto, lo que da la apariencia como si fuera un gran manto azul o verde, que deja sin aliento a cualquiera que lo mira y parece quedar hipnotizado por su inmensidad.
Esta laguna no ha sido objeto de estudio profundo en comparación con la Laguna de Alchichica, pero algunos datos mencionan que el color se debe al alto grado de salinidad y concentración de azufre, así como la presencia de diferentes microorganismos.
Además del espejo de agua, todo lo demás que le rodea es un ecosistema compuesto por matorrales, algunos árboles de pinos, ejemplares de yucas, soyates, hierbas conocidas como frijolitos, sotoles, magueyes, lechuguillas y las cotizadas suculentas de diversos géneros.
¿Cuál es la leyenda de la laguna que cambia de color?
Como otras lagunas, la de Atexcac también guarda una leyenda que es difundida entre sus pobladores y consiste en que en ella habita una sirena de cabellos largos plateados que llega a salir a la superficie solo bajo la luz de la luna.
Como toda sirena, emite un canto que encanta y domina a los hombres, por ello los atrae como imán y ellos siguen su melodiosa voz sin darse cuenta de que se van hundiendo en la laguna, hasta que desaparecen, tanto los hombres como la sirena.
Sea cierto o no, esta es una leyenda que impacta a los visitantes, tanto que mejor se abstienen de meterse a nadar, además de que el agua está demasiado fría debido al clima semiseco templado que prevalece en Guadalupe Victoria.

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¿Cómo llegar a la Laguna de Atexcac?
Entre la ciudad de Puebla y el municipio de Guadalupe Victoria hay una distancia aproximada de 114 kilómetros, que en tiempo se traduce a una hora con 40 minutos.
La laguna de Atexcac se localiza cerca de la Carretera Federal 140, que es la que va de Tepeaca a Veracruz. Al circular sobre la carretera federal debes tomar la calle que enlaza a la carretera con Guadalupe Victoria y Tlachichuca.
Continúa conduciendo sobre esa vía y a menos de 2 kilómetros hay una desviación hacia la derecha. Unos pocos metros más arriba se alcanza la cresta del cráter desde donde se tiene una vista espectacular de la laguna de Atexcac.
Para llegar a la laguna, es necesario realizar un descenso de unos 100 metros, tomando una vereda rocosa que bordea el cráter, empezando por el sur y llegando a la orilla noroeste, la única que no tiene acantilados.