Si estás buscando una escapada con encanto europeo sin salir del país, tienes que conocer el pequeño París, como se le conoce cariñosamente a la Heroica Ciudad de Tlaxiaco, , un pueblo que es vecino del estado de .

Este destino, enclavado en la Mixteca Alta oaxaqueña, deslumbra por su arquitectura tradicional, paisajes montañosos y una riqueza histórica que lo convierte en uno de los lugares más fascinantes del sur de México.

Foto: Instagram oaxtravel
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Una historia marcada por el mestizaje y la resistencia

Tlaxiaco se localiza al noroeste de Oaxaca, y su nombre proviene del náhuatl Tlachquiauhco, que significa “lugar donde llueve en la cancha del juego de pelota”. En mixteco es conocido como Ndijiinu, que se traduce como “buena vista”, aludiendo a su privilegiada ubicación geográfica.

Este pueblo ha sido testigo de momentos decisivos en la historia nacional, desde la época prehispánica hasta las guerras de Independencia y Reforma. De hecho, se ha ganado el título de Ciudad Heroica en tres ocasiones, gracias a su papel en la defensa del territorio nacional.

Durante la lucha independentista y en la resistencia contra el imperio de Maximiliano, Tlaxiaco fue escenario de combates memorables. Uno de los más conocidos ocurrió en el Cerro Encantado en 1814, cuando un grupo de insurgentes repelió a las tropas realistas arrojando enormes piedras desde la cima, en un acto de valentía que quedó marcado en la memoria colectiva.

Más allá de su pasado bélico, Tlaxiaco también guarda un sorprendente vínculo con la cultura europea. A finales del siglo XIX, este pueblo mixteco se convirtió en un centro artesanal reconocido por la calidad de sus productos: sombreros, cobijas, sarapes, pan, cigarros, herramientas agrícolas, zapatos y jabones eran elaborados con tal esmero que un grupo de artesanos fue invitado a exponer su trabajo en la Feria de París de 1888.

La visita a la capital francesa dejó huella en la comunidad. A su regreso, los oaxaqueños que participaron en ese viaje comenzaron a incorporar costumbres, modas e incluso el idioma francés en su vida cotidiana. La influencia se volvió tan evidente que Tlaxiaco empezó a ser conocido como “el París chiquito”, un apodo que permanece hasta nuestros días.

Las familias con mayor poder adquisitivo adoptaron elementos del estilo de vida europeo, y el gusto por la cultura francesa se reflejó en la arquitectura, las costumbres y el refinamiento de la vida social del pueblo.

Foto: Instagram oaxtravel
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¿Qué hacer en Tlaxiaco?

Una visita a Tlaxiaco es una experiencia que mezcla historia, cultura y naturaleza. Uno de sus principales atractivos es el templo de Santa María de la Asunción, una joya del periodo colonial construida bajo la supervisión del arquitecto Rodrigo Gil de Hontañón. Esta iglesia conserva detalles únicos como el modillón dominico, réplica exacta del que adorna la parroquia de Santiago en España.

El entorno natural, rodeado de bosques de pino y encino, es perfecto para quienes aman las caminatas al aire libre y la fotografía de paisaje. El clima templado lo hace ideal para recorrerlo durante todo el año.

Además, Tlaxiaco cuenta con más de 270 sitios arqueológicos, lo que da cuenta de su relevancia en la época precolombina. Este legado se combina con la herencia colonial y los episodios históricos que marcaron su papel en la construcción del México independiente.

¿Qué hay en Oaxaca de comer?

La gastronomía tlaxiaqueña es otro de los grandes motivos para visitar este sitio. El mole negro, elaborado con una combinación de chiles, piña, cacahuate, pepitas, jitomate y chocolate, es uno de sus platillos más representativos. También destacan la barbacoa cocida en hornos de tierra, los tamales, las tlayudas, el pozole de mole amarillo y una gran variedad de antojitos como los esquites y las alegrías.

Entre las bebidas típicas se encuentran el pulque, el tepache y el ticunche, una preparación tradicional a base de maguey, muy apreciada en las comunidades de la región.

¿Dónde se encuentra Tlaxiaco?

Llegar a Tlaxiaco desde Puebla es bastante sencillo. La ruta más directa consiste en tomar la autopista hacia la ciudad de Oaxaca, desviarse en Nochixtlán y continuar hacia el corazón de la Mixteca Alta. El trayecto dura entre 6 y 7 horas en automóvil, dependiendo del tráfico y las condiciones del camino.

Ya sea que busques conocer un rincón lleno de historia, disfrutar de sabores únicos o sentirte transportado a un pequeño rincón de Europa, Tlaxiaco es una opción imperdible para una escapada cultural, natural y profundamente mexicana.

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