En el corazón del centro de México existe un destino que presume más de 3 mil años de historia continua, donde el pasado prehispánico y la herencia colonial conviven en perfecta armonía. Este Pueblo Mágico es un referente cultural y arqueológico, un lugar donde las leyendas, las tradiciones y las huellas de antiguas civilizaciones se sienten en cada rincón.
Entre sus calles, se respira un aire místico. El visitante puede encontrar plazas con siglos de antigüedad, templos llenos de arte sacro y vestigios monumentales que narran historias de esplendor, guerras y transformaciones. Su ubicación estratégica lo convirtió, desde tiempos ancestrales, en un punto clave para el comercio, la religión y la política en Mesoamérica.
Se trata de Cholula, Puebla, un tesoro histórico reconocido como la ciudad viva más antigua de América. Declarada Pueblo Mágico en 2012, es famosa por su icónica iglesia en lo alto de una pirámide milenaria, sus festividades religiosas y su riqueza arquitectónica. Aquí la historia no está guardada en vitrinas: se camina, se mira y se vive.
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Cholula ofrece una mezcla única de historia, arte y vida contemporánea. Entre sus principales atractivos destacan:
Cholula no pertenece a la cultura maya ni fue fundada por los aztecas. Su origen es mucho más antiguo: los vestigios más tempranos datan del siglo XII a.C. y muestran que fue habitada por diversos pueblos mesoamericanos, entre ellos olmecas-xicalancas y toltecas-chichimecas.
Durante su apogeo, rivalizó con Teotihuacán y Monte Albán, convirtiéndose en uno de los centros ceremoniales más importantes del continente. La llegada de los mexicas ocurrió mucho después, ya en la etapa final de la ciudad prehispánica.
A solo 6 kilómetros de la ciudad de Puebla, Cholula es un paseo obligado para quienes desean conocer la esencia histórica del estado. Además de sus monumentos, el mercado local y sus restaurantes ofrecen una experiencia gastronómica que va desde antojitos tradicionales hasta platillos típicos como el mole poblano y la cecina.
Ya sea para explorar túneles bajo la pirámide, admirar la Talavera, subir al santuario o simplemente caminar entre sus portales, visitar Cholula es descubrir un lugar donde el pasado sigue vivo y el presente lo abraza con orgullo.