Una colección de colibríes disecados, que data de hace 80 años, fue presentada por el empresario regiomontano Mauricio Fernández Garza.

A través de un video que no pasa de 49 segundos, por medio de las redes sociales, el también coleccionista mostró las aves, de las cuales destacó su colorido.

En el cuadro, de un metro de ancho por cerca de 60 centímetros de alto y protegido con vidrio, están acomodados cerca de 30 colibríes.

Los ejemplares lucen un plumaje colorido, algunos destacan los detalles de plumas alrededor del cuello en tonos lilas y morados, otros más el pecho con color verde turquesa.

 

También los hay con cabeza azul rey y pecho en verde, o todo el cuerpo verde en tonos difuminados y pico color naranja.

Dijo que esta colección se la regaló Eduardo Fuentes de María Hernández, un poblano considerado como el mejor taxidermista del país.

“Esta se hizo hace unos 50 u 80 años, y algunos de estos colibríes aparentemente ya no existen”, mencionó tras señalar que el objetivo era dar a conocer esos colores fosforescentes que poseen las aves.

El video cuenta con más de mil comentarios entre los que se pueden leer citas a favor y también en contra.

“Mauricio, este video repítelo porfa y enfoca cada uno de los ejemplares y dales más tiempo para apreciarlos a detalle. Yo vivo en Manzanillo y los colibríes son mis favoritos. Gracias”, se lee en uno de los comentarios.

“Pobres colibrís, por su hermosura los han colocado ahí. Más hermosos son vivos”, escribió un usuario.

“Nadie dice que los tuvieron que matar para hacerles la taxidermia, lo más seguro es que murieron por causas naturales y posteriormente fueron eternizados de esta bella manera”, respondió otra.

En internet se puede leer que la taxidermia viene de las raíces griegas taxis, que significa “arreglo o colocación” y dermis, que significa “piel”; se define como el oficio de disecar animales para conservarlos con apariencia de vivos y facilitar así su exposición, estudio y conservación.

La persona que se dedica a esta actividad se denomina taxidermista y puede trabajar de manera profesional en museos, o como coleccionistas, cazadores, pescadores y otros.

Eduardo Fuentes de María Hernández junto con su hijo Alejandro continúan con esta práctica y se han especializado como taxidermistas de aves.

Han presentado varias exhibiciones de sus aves en diferentes ciudades del país, siendo la más reciente en Monterrey, Nuevo León.

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