A tan solo media hora de la capital poblana se encuentra Chipilo, un pintoresco pueblo ubicado en el municipio de San Gregorio Atzompa. Este sitio es conocido como la pequeña Italia de Puebla, ya que conserva un idioma único en el mundo y mantiene vivas las tradiciones de sus fundadores.
Chipilo fue fundado en 1882 por inmigrantes provenientes de la región del Véneto, en el norte de Italia, quienes llegaron a México tras los desastres naturales ocurridos en su tierra natal. Al enterarse de que el entonces presidente Porfirio Díaz ofrecía tierras y animales para modernizar el campo mexicano, decidieron establecerse en esta zona del estado de Puebla.
El nombre de Chipilo proviene del náhuatl "Chipilli", que significa "lugar de pequeños", lo que también le da identidad como la pequeña Italia en México. Desde su fundación, este pueblo ha mantenido una fuerte conexión con sus raíces europeas, no solo en sus costumbres y gastronomía, sino también en su lengua.

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Un idioma único en el mundo
Uno de los rasgos más distintivos de Chipilo es su idioma. Sus habitantes, además de hablar español, conservan el uso del véneto chipileño, una variante lingüística que mezcla elementos del español, náhuatl y véneto, lo que la convierte en una lengua única en el mundo.
El véneto chipileño ha resistido al paso del tiempo y a la mezcla cultural, gracias al esfuerzo de la comunidad por preservar su herencia. Aunque en sus inicios hubo resistencia para que los chipileños se mezclaran con la población poblana, hoy en día esa barrera se ha disuelto y, con ello, el idioma también ha evolucionado, adaptándose a la realidad mexicana sin perder su esencia.
A diferencia de los Pueblos Mágicos tradicionales, Chipilo no cuenta con una plaza principal ni kiosco, pero sí tiene una iglesia de estilo barroco dedicada a la Inmaculada Concepción, muy parecida a las que se encuentran en el norte de Italia. Desde que se llega al poblado, es posible notar la fusión cultural con la decoración tricolor de sus calles, que lucen las banderas de México e Italia.
Tradiciones, gastronomía y actividades
Chipilo también es reconocido por la producción artesanal de productos lácteos como quesos, cremas y mantequillas. Su queso enchilado ha sido destacado en el diccionario Larousse Cocina como uno de los más representativos de México. Los visitantes pueden adquirir estos productos directamente en las tiendas locales, donde la tradición italiana permanece en cada receta.
Otro sitio emblemático del pueblo es el Monte Grappa, una colina que ofrece una vista panorámica del lugar y donde se puede visitar una escultura del Sagrado Corazón de Jesús, así como una roca en homenaje a los italianos caídos en la Primera Guerra Mundial en 1914.
Para los amantes de la aventura, Chipilo también ofrece vuelos en parapente con pilotos certificados, una experiencia que permite admirar desde el cielo este singular rincón de Puebla.
Cómo llegar a Chipilo
Chipilo se localiza a 15 kilómetros de la ciudad de Puebla. Para llegar, basta con tomar el bulevar Atlixco y continuar por la carretera federal hasta la desviación al poblado. El trayecto en automóvil es de aproximadamente 20 minutos, lo que lo convierte en una excelente opción para una escapada de fin de semana.
La pequeña Italia de Puebla es un lugar donde la historia, la cultura y la lengua se mantienen vivas. Chipilo no solo es un testimonio de la migración italiana a México, sino también un ejemplo de cómo una comunidad puede preservar su identidad por generaciones.