es uno de los primeros Pueblos Mágicos del país y gracias a la difusión de este programa desde 2002 recibe un promedio de 180 mil turistas nacionales 7 y 4 mil viajeros internacionales, con una derrama económica de 10 millones por año, de acuerdo con cifras previas a la pandemia de Covid-19.

La principal oferta hotelera de está conformada por hoteles y cabañas, que concentran el 84 por ciento de los visitantes de acuerdo con cifras de la .

Su infraestructura turística consta de más de 60 empresas que integran alrededor de 30 hoteles, 19 posadas y 15 cabañas, para un total de 824 habitaciones.

Alrededor de 35 restaurantes y una decena de cafeterías complementan la infraestructura turística de este municipio.

El precio promedio de una habitación doble en Cuetzalan en las festividades del Día de Muertos es de 1,375 pesos por noche según sitios de reservaciones, pero pueden encontrarse habitaciones a partir de los 357 pesos.

Se recomienda reservar durante las festividades del Día de Muertos, la temporada baja en este Pueblo Mágico comienza en noviembre, cuando los precios de hotel bajan en alrededor de 18 por ciento.

Desde la ciudad de Puebla la distancia es de 174 kilómetros y 3 horas de viaje, mientras que desde Ciudad de México la distancia es de 286 kilómetros con un trayecto aproximado en automóvil de 5 horas.

El costo de las casetas de peaje desde la ciudad de Puebla es de 338 pesos ida y vuelta, mientras que desde la ciudad de México el costo del peaje redondo es de 706 pesos.

Qué se hace en Cuetzalan el Día de Muertos

Una de las tradiciones más arraigadas de , en la Sierra Norte de Puebla, es la celebración del que incluye procesiones, representaciones y ofrendas.

La celebración de las festividades de Todos los Santos o Día de Muertos se realiza desde el 30 de octubre hasta el 3 de noviembre.

La tradición señala que los primeros días se recuerda a los niños, ya sea que murieron antes de nacer o durante la infancia. Posteriormente llega la celebración a los difuntos adultos.

En Cuetzalan los pobladores se preparan con varios días de anticipación para conseguir insumos, elaborar los platillos y comprar el tradicional pan de muerto.

Entre los platillos típicos de esta festividad están los tamales de frijoles que se acompañan con pipián de pollo o guajolote.

También son famosos sus tamales de salsa, rajas, o de mole, que forman parte de las ofrendas.

Los altares que se adornan con la flor de cempasúchil sobre mesas en las que se acomodan ollas con comidas y tamales, además frutas de temporada, vino, cervezas y hasta juguetes.

También se encienden veladoras que iluminan día y noche la ofrenda.

Con la flor sobrante de cempasúchil, los caseros quitan los pétalos a las flores para trazar un camino que sale desde el altar hasta la parte exterior del hogar que alberga la ofrenda para indicar a los fieles difuntos el camino que pueden usar para llegar a casa.

Las iglesias católicas acompañan los días que duran los festejos con el repicar de campanas día y noche, desde el mediodía del 1 de noviembre hasta el mediodía del día 3.

Los niños y jóvenes elevan globos de papel china de diferentes tamaños y formas.

El 1 de noviembre se le dedica a los muertos mayores, por lo que para este día ya deben estar colocados en el altar todos los alimentos y bebidas correspondientes.

Como parte del ritual se invita a rezanderos de la comunidad a que realicen el rosario.

Durante toda la noche se cocina ya que el día 2 es obligada la visita a los compadres y ésta debe ser acompañada de una ofrenda.

El mismo día se visita el panteón al que llevan arreglos florales para ser depositados en las tumbas de los difuntos.

En Cuetzalan, sus habitantes producen uno de los cafés más aromáticos y reconocidos del país.

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