Llamada por los lugareños como el “pequeño mar”, la Laguna de San Juan Epatlán es una de las más bellas y extensas del estado.
A tan sólo dos horas de la capital de Puebla, se encuentra este paraíso mixteco de Epatlán cuyo nombre en náhuatl significa "Junto a los zorrillos", por la abundancia de estos en las inmediaciones del lugar.
En esta tierra fundada por olmecas existen varios vestigios de ruinas arqueológicas y algunos monumentos arquitectónicos como el Templo Parroquial en honor a la Virgen María con su advocación de Nuestra Señora de la Luz y el templo parroquial en honor a San Juan Bautista.
Además, hay zonas arqueológicas denominadas “El Huarache Pintado” y otra llamada “El resbaladero”, que se encuentran ubicadas aproximadamente a 2 kilómetros de la cabecera municipal.
También cuenta con sitios ecoturísticos como la laguna de Epatlán que es uno de los principales atractivos y data aproximadamente del año 515 de nuestra era y cuenta con pequeñas cabañas particulares a su alrededor.
Laguna de San Juan Epatlán
Es uno de los pocos cuerpos de agua que existen en la Mixteca poblana, se caracteriza por su tono verde azulado, y está rodeada de altos y verdes cañaverales.
Esta laguna data de la época prehispánica, y pertenecía a la jurisdicción de Izúcar de Matamoros, sin embargo, en 1895 ésta quedó dentro de los límites del municipio de Epatlán.
De acuerdo con los pobladores, en 1977 la laguna se secó por completo, sin embargo, de ese hecho surgió una leyenda de un ser místico que hizo que volviera a tener vida.
Actualmente, esta laguna se ha convertido en un sitio turístico, donde los visitantes pueden pasear en lancha por los lugares más recónditos y saborear las ricas mojarras que ahí se producen.
Alrededor de la zona hay varias cabañas para hospedarte y una decena de restaurantes donde podrás disfrutar de unos buenos mariscos a precios bastante accesibles.
La leyenda de la sirena
Como lo mencionamos con anterioridad, se dice que hace mucho tiempo esta zona quedó completamente seca, pero mágicamente el agua regresó y todo fue gracias a un pescador y a una sirena.
Cuenta la leyenda que los habitantes de la región acostumbraban salir todos los días a las orillas del sitio para ganarse la vida a través de la pesca.
Uno de los pescadores más antiguos de la zona conocía a la perfección cada centímetro de la laguna y su nombre era Sevario Vargas.
Un día, mientras don Sevario pescaba, vio a lo lejos una sirena la cual lentamente se le fue acercando poco a poco hasta llegar a su bote.
Sin creer lo que veía, el anciano quedó petrificado y no pudo decir palabra alguna.
Ante esto, la sirena se le acercó y sin temor alguno le pidió que dejaran de cortar el tule, una hierba que crecía sobre el agua, o de lo contrario desaparecería toda la laguna.
El hombre asustado corrió a casa a contar lo sucedido, pero su esposa no le creyó, pensando que estaba borracho y lo mismo las personas a las que les contaba su relato.
El tiempo pasó y, tal como la sirena lo dijo, la laguna de Epatlán se secó, lo cual hizo que toda la gente buscara al pobre Sevario para saber cómo enmendar las cosas.
Él les dijo que la sirena solicitaba que le llevaran un vestido de novia, además de otros regalos.
La gente hizo todo lo que les dijo y ese mismo día llevaron el vestido, y varios obsequios y ofrendas.
Dos días después de haber dejado las cosas, una lluvia torrencial cayó sobre el lugar, ocasionando que la laguna volviera a tener vida.
Y así fue como la leyenda de la sirena y el pescador se ha transmitido de generación en generación.
¿Cómo llegar?
Epatlán se ubica en la región de Izúcar de Matamoros, a una hora de Atlixco.
Para llegar es necesario ingresar por el municipio de Izúcar de Matamoros y tomar la carretera Izúcar-xochiltepec.
*Con información de tepexinoticias.com