Puebla es uno de los estados más ricos en paisajes naturales de México y ofrece a locales y turistas experiencias visuales que combinan historia, biodiversidad y formaciones geológicas únicas. Si te preguntas cuáles son los cinco paisajes más hermosos de Puebla, aquí te presentamos una selección que te invitará a explorarlos en tu próxima escapada.
Pero, ¿qué es un paisaje?
Un paisaje es la representación visual de un entorno natural, urbano o mixto, resultado de la interacción entre elementos físicos (montañas, lagos, vegetación) y culturales (pueblos, arquitectura, actividades humanas). Los paisajes pueden ser contemplativos, como una cascada o una laguna, o vivenciales, cuando el visitante interactúa directamente con el entorno.
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¿Qué tipo de paisajes existen en Puebla?
Puebla es un estado con una geografía variada: cuenta con sierras, desiertos, volcanes, lagunas y selvas. Esta diversidad permite encontrar paisajes húmedos y verdes en la Sierra Norte, paisajes volcánicos con nieves perpetuas, zonas áridas con biznagas y cactus gigantes, y espacios lacustres de origen volcánico. A continuación, te mostramos cinco que debes conocer.
1. Cascada La Olla
Ubicada cerca de la Hacienda Apulco, esta cascada de 35 metros de altura sorprende por sus dos caídas que esculpen la roca y crean una poza rodeada de vegetación exuberante. Su forma recuerda a una olla natural tallada en piedra, lo que le da su nombre.
Desde un mirador en la hacienda, se puede observar cómo el agua rebota entre las rocas, generando un sonido grave y envolvente. En la zona, además, se produce aguardiente artesanal en barricas de roble, una tradición viva.
2. Laguna de Alchichica
Este cráter volcánico alberga una laguna de agua salada rodeada de formaciones de coral blanco. Con más de 2 kilómetros de diámetro, Alchichica parece un mar en medio del altiplano poblano.
Sus aguas frías oscilan entre 15 y 20°C, y aunque se puede nadar, muchos prefieren recorrer sus orillas y disfrutar de su gastronomía local. La zona está rodeada de leyendas sobre sirenas y luces misteriosas, lo que añade un toque mágico a la experiencia.
3. Cueva Tlamanictli
Situada en la Sierra Negra, esta cueva es la más grande de América y la cuarta del mundo. Su salón más impresionante, llamado Salón de la Muñeca Fea, mide 400 metros de largo, 240 de ancho y 225 de altura; ¡pueden caber hasta seis Estadios Azteca!
La cueva es producto de millones de años de filtraciones de agua que han dado lugar a espectaculares formaciones. Para visitarla se requiere buena condición física y un guía especializado. El viaje parte desde Tehuacán hasta el poblado de Cruztitla.
4. Parque Nacional Popocatépetl-Iztaccíhuatl
Este parque, compartido con el Estado de México, es ideal para los amantes de los paisajes volcánicos. Desde Paso de Cortés, el mirador natural entre ambos colosos, se puede admirar la majestuosidad del Popocatépetl, aún activo, y la silueta dormida de la Iztaccíhuatl.
El lugar ofrece rutas de senderismo, ciclismo de montaña y actividades al aire libre. Al amanecer o al atardecer, la luz resalta los contornos de los volcanes y brinda un espectáculo visual único.
5. Reserva de la Biósfera Tehuacán-Cuicatlán
Este ecosistema árido alberga la mayor diversidad de cactáceas columnares en América del Norte. En sus más de 490 mil hectáreas puedes encontrar fósiles marinos, huellas de dinosaurios, pinturas rupestres y el maíz más antiguo de Mesoamérica.
San Juan Raya, con sus vestigios prehistóricos, y el Jardín Botánico Helia Bravo Hollis son imperdibles. También se puede hacer senderismo nocturno, observar aves o explorar vestigios arqueológicos en el Cerro Cuthá. Su biodiversidad y legado cultural lo hacen un sitio de valor excepcional.
Puebla, con su variedad geográfica y riqueza cultural, es un destino que no deja de sorprender. Ya sea entre volcanes, desiertos, cascadas o lagunas, estos cinco paisajes te invitan a descubrir la belleza natural del estado.
