Con el clima de otoño y la cercanía del Día de Muertos, muchos se preguntan dónde comprar pan de muerto en Puebla, ya sea para comerlo o para la tradicional ofrenda. Esta tradición mexicana, que combina historia, ritual y sabor, se mantiene viva tanto en su versión clásica como en innovadoras creaciones. En 2025, Puebla ofrece múltiples opciones para disfrutar de hojaldras, y aquí te decimos dónde encontrarlas.
La edición 15 de la Feria de la Hojaldra reunirá a cerca de 30 panaderos de distintas panaderías locales. Los visitantes podrán disfrutar de una gran variedad de pan de muerto en Puebla, desde los clásicos con ajonjolí y azúcar, hasta opciones rellenas o con coberturas de chocolate, crema pastelera, cajeta, nuez, frutos rojos, mandarina, guayaba, café, flor de cempasúchil, totomoxtle y nata con mazapán.
El evento funcionará de 9:00 a 21:00 horas, con precios que van desde 7 hasta 200 pesos por pieza, dependiendo del tamaño y si llevan relleno. A pesar del aumento en los costos de insumos como huevo, azúcar y harina, los organizadores buscan mantener esta tradición accesible para las familias poblanas.
Si buscas pan de muerto en Puebla, varias panaderías destacan por su creatividad y sabor:
Otras panaderías reconocidas incluyen La Francesita, Breaking Bread, La Noria y Pane Madre, donde se combinan técnicas francesas, masa madre y sabores tradicionales como naranja y azahar, así como rellenos de chocolate, frutas o crema, para quienes buscan innovación sin perder la esencia del pan de muerto.
El pan de muerto es un alimento calórico. Según el IMSS, una pieza de 100 gramos aporta aproximadamente 420 calorías, 53.28 gramos de carbohidratos y 17.76 gramos de grasas. Por ello, se recomienda consumir únicamente la mitad de la porción y acompañarlo con moderación de bebidas azucaradas como chocolate, atole, café o leche.
Además de ser un espacio para probar las mejores hojaldras en Puebla, la Feria de la Hojaldra es un punto de encuentro cultural y gastronómico, ideal para disfrutar en familia, descubrir nuevos sabores y conocer la creatividad de los panaderos locales. Es la oportunidad perfecta para saborear lo tradicional y experimentar con nuevas versiones del pan de muerto, manteniendo viva una de las tradiciones más emblemáticas de México.