Ubicado sobre el bulevar Forjadores, este puente, además de ser uno de los más malditos, es uno de los más antiguos del estado.

El Puente México
, es una construcción que data del siglo XVII y las personas que viven en los alrededores, aseguran que han visto las almas en pena de personas que murieron de forma trágica durante su construcción.

El traslado de mercancías entre las ciudades de y obligó a la construcción de una extraordinaria obra arquitectónica que permitiera hacer más rápida la comunicación entre ambas ciudades.

El puente que conocemos actualmente se comenzó a construir en 1708, ya que el 10 de agosto de 1707, una crecida arrastró el antiguo puente, construido en el siglo XVI. Se dice que el precio por construirlo fue de 50 mil pesos, el cual se pagó de los impuestos.

El Puente de México está compuesto por tres arcos, que desde el suelo hasta el punto más alto mide 18 metros de altura, están rematados por escudos de la ciudad tallados en cantera Gris.

El nombre de "Puente de México" se debe a que desde la fundación de la ciudad era el camino hacia la Ciudad de México.


¿Por qué el Puente de México es el más maldito?

Conocido también como el Puente de Piedra, el Puente del Molino del Batán, o "El Puente de Ánimas", este puente es envuelto por historias de terror que le han dado su reputación maldita.

La leyenda dice que antes de su construcción, en 1707, una terrible tormenta se llevó todo lo que los trabajadores habían levantado y con ella a todos los obreros, quienes murieron bajo los escombros.

Al finalizar la construcción, era solo paso de carretas, así que si la gente quería atravesarlo a pie tenía que hacerlo rápidamente para evitar ser arrollado.



Después de ese fatal accidente, los habitantes aseguraban que en las noches comenzaron a escuchar las almas de los trabajadores que no podían trascender ni seguir su camino al más allá.

Otra leyenda asegura que como solo se le permitía el paso a las carretas, las personas que no las tenían, debían cruzar el puente a pie, corriendo el peligro de ser arrastrados por la corriente del Río Atoyac.




Lo cierto es que esta obra arquitectónica actualmente constituye una de las más importantes vías de comunicación y desde ese entonces ha quedado tan sólida que ni las más fuertes tormentas y corrientes de agua han mermado su fortaleza.

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