La ciudad ha sido sede de acontecimientos importantes en la historia de México, uno de ellos fue el desarrollo de los ferrocarriles mexicanos.
Puebla dejó de ser una ciudad colonial para evolucionar a la modernidad, cuando estableció la primera Estación del Ferrocarril Mexicano en 1869, una de las estaciones más antiguas del país.
En la ciudad se establecieron cuatro estaciones: la del Ferrocarril Mexicano, la del Mexicano del Sur, la del Interoceánico y la llamada Nueva Estación, permitiendo el transporte de mercancías y pasajeros con las ciudades de México, Oaxaca y Veracruz.
En ese sentido, el llamado Ferrocarril Interoceánico modificó el paisaje urbano, además de que generó más empleo.
La estación del Tren Interoceánico se inauguró en 1897 en el lugar que antes ocupaba la de Puebla-Izúcar de Matamoros, en la 4 Poniente y 11 Norte y en lo que hoy es el Mercado Venustiano Carranza y el mercado de los sabores.
De acuerdo con el documento “Información sobre las estaciones, utilizada en la exposición de planos de estaciones desaparecidas” del Museo Nacional de los Ferrocarriles Mexicanos, las instalaciones del Ferrocarril Interoceánico en la ciudad de Puebla ocupaban cerca de 80,000 metros cuadrados; y superaban en dimensiones y complejidad a las del Ferrocarril Mexicano y a las del Ferrocarril Mexicano del Sur en esta misma ciudad
La antigua estación Puebla del Ferrocarril Interoceánico cerró definitivamente sus puertas el 31 de enero de 1974, debido al crecimiento de la mancha urbana y al peligro que implicaba para la población el tránsito de trenes dentro de la ciudad.
El servicio que prestaba se trasladó a la nueva estación Puebla de los Ferrocarriles Nacionales de México, construida entre las calles 80 Poniente y 9 Norte.
Posteriormente, la casa de estación y la mayoría de sus instalaciones fueron demolidas.
Otras de las estaciones del Tren Interoceánico que hubo en Puebla fue la de San Martín Texmelucan, inaugurada en 1882 con una línea que venía de la ciudad de Puebla a la hacienda de San Bartolo Granillo.
En 1998, la estación de San Martín quedó en desuso y al final se robaron la vías.
Otra estación que perteneció al antiguo Ferrocarril Interoceánico, fue construida sobre el ramal de vía angosta Oriental-Teziutlán, inaugurada el 5 de mayo de 1900 y que quedó fuera del servicio ferroviario el 14 de marzo de 1993.
Esta fue la última línea de vía angosta que funciono en nuestro país.
Las estaciones de Izúcar de Matamoros y Oriental también fueron terminales de gran relevancia para dichos municipios, que actualmente siguen atractivas para el turismo.