Pocos saben que el nacimiento del río Atoyac es un oasis de aguas cristalinas y turquesas que a lo largo del afluente se van convirtiendo en aguas negras.
Incluso, la cuna de este río es un lugar turístico donde puedes realizar varias actividades acuáticas y de esparcimiento.
El río Atoyac nace en Veracruz y atraviesa los estados de Puebla y Tlaxcala, donde las descargas que hacen las industrias a su paso, lo transforman en una fuente de contaminación.
De acuerdo con la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), el río Atoyac nace en las partes altas de la Sierra Nevada, a partir de donde inicia su descenso, siguiendo un camino del noroeste a sureste.
En esta zona, el agua es limpia, cristalina y un tanto templada debido a la altura a la que se encuentra y a los deshielos de los volcanes.
La cuenca está integrada por una serie de llanos y valles interconectados a altitudes entre los mil 600 y los 2 mil 600 metros sobre el nivel del mar, que se extienden 150 kilómetros de este a oeste y 140 kilómetros de norte a sur.
En esta zona se pueden realizar actividades recreativas, principalmente en establecimientos que permiten el senderismo, camping y hospedarse en cabañas, como en el caso de Santa Rita Tlahuapan o en la zona del lago de Valsequillo.
La tranquilidad y la paz prevalece en estas áreas que ayudan a los visitantes a reconectarse con la naturaleza.
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Además de Puebla, en el estado de Veracruz también hay una zona donde nace el río Atoyac, ideal para los amantes del ecoturismo o turismo de naturaleza.
Este sitio, que parece sacado de un cuento de hadas, se encuentra a 120 minutos de la ciudad de Puebla, a la altura del municipio de Córdoba.
En el Valle de Atoyac, lugar sagrado para los totonacas, se da el nacimiento de este río donde los visitantes pueden realizar actividades como nadar en el ojo de agua de color turquesa rodeado de exuberante vegetación de selva mediana.
Quienes lo han visitado se sorprenden que el agua en la zona esté tan transparente y con un color turquesa que parece una acuarela, por la belleza de la flora que lo rodea.
También se disfruta de rappel, espeleología, paseo en kayak en medio de agua es clara y limpia.
La recomendación es acudir con bloqueador y protector solar, ropa y zapatos cómodos, hidratarte porque las altas temperaturas prevalecen en esta temporada del año y usar chaleco inflable en caso de introducirte al agua, ya que hay algunas zonas que son muy profundas.
En tu visita al nacimiento del río Atoyac también podrás admirar las cascadas que hay ahí, los miradores y los puentes de Atoyac como el Puente Pensil.
Este puente tiene más de 120 años y se construyó porque sirvió de paso para el tren de pasajeros que iba de la Ciudad de México a Veracruz.
Actualmente, el túnel del ferrocarril tiene en uno de sus extremos un mirador y se puede bajar para disfrutar la cascada que se conecta con el río Atoyac.
El puente Pénsil de Atoyac es una obra que ha sido galardonada con el premio Brunell de Diseño Nacional en 1996 por el gobierno de Dinamarca.
También fue reconocida por la organización Puente Alcántara en España en el año de 1993, al ser considerado como una joya de la arquitectura e ingeniería mexicana del siglo XIX.