Con la temporada de lluvias surge una variedad de insectos que, para algunos, podrían representar un problema, pero para otros son proteína ideal para preparar una pizza insectívora con chapulines, alacranes y más.
Al menos eso es lo que hace Meztli Terraza Verde, una pizzería ubicada en el corazón de la ciudad de Tlaxcala que se atrevió a fusionar cocina italiana con prehispánica y crear una explosión de sabor en todo comensal que se atreve a probarla.
Para la elaboración de la pizza insectívora emplean una masa con receta de la casa, a la cual también le agregan chapulines molidos como parte de la harina.
La cubren con una base de jitomate de invernadero que ellos cultivan, y quesos de la región de Tlaxco, municipio reconocido por sus productos lácteos.
Hornean la pizza en un horno de barro que los mismos propietarios de Meztli construyeron. Después de unos minutos la sacan para terminar la elaboración con la colocación de los insectos, como chapulines y gusanos de maguey; mientras que a los más atrevidos les ponen alacranes. Culminan con hojas de albahaca, jitomates cherry y la sirven a la mesa.
La pizza tiene un costo de 300 pesos en promedio, pero también puedes degustarla con otros insectos como chapulines, chicatanas, escamoles, alacranes, cuetlas y jumiles. La variedad depende de la estación del año, ya que algunos no se consiguen en abundancia en Tlaxcala y los adquieren en otros estados, como en el caso de los alacranes de Durango.
Esta pizza puede ser acompañada con una copa de vino, con clericot o con un tarro de pulque de la región, al natural o curado, desde el sabor de mazapán que está de moda, hasta el clásico de limón, fresa o piña.
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Meztli Terraza Verde se localiza en Avenida Independencia número 7, en el centro de Tlaxcala.
Además de la pizza insectívora, la carta del restaurante incluye otros platillos que igualmente se sirven con insectos, como la Ensalada Meztli, la cual preparan con chapulines, manzana, hongos, quesillo, semillas, maíz y miel de maguey.
Así como crema de chapulín, nopalitos con arrachera y chapulines, camarones empalizados con amaranto, pulque curado de nopal, destilado de agave pulquero, entre otros majares.
La intención es que los comensales degusten parte de la cocina prehispánica, disfruten de los insectos y se contribuya a la conservación de la comida ancestral.
Según información de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés), hay cuatro razones por las cuales se deben consumir insectos: son nutritivos, ecológicamente sustentables, son un recurso infrautilizado y ofrecen oportunidades económicas.