Uno de los platillos italianos más populares en el mundo, la pasta Alfredo, es integrante común de la carta de cualquier restaurante de comida italiana o cocina internacional.

Cuando pensamos en comida italiana, entre la gran variedad de platillos que existen, una de las primeras ideas que se nos viene a la mente es la pasta.

No es de extrañarse si tenemos en cuenta que la versatilidad de este ingrediente le permite cambiar de nombre según su forma, tamaño, la salsa con la que esté bañada o los productos con los que esté mezclada.

La historia de la pasta Alfredo comenzó en la ciudad de Roma, Italia en 1908.

La esposa de Alfredo Di Lelio, Inés, acababa de dar a luz al primer hijo del matrimonio. Tras el nacimiento de Armando, Inés comenzó a tener problemas de salud, debido a que perdió el apetito y su alimentación no era suficiente para mantenerse fuerte.

Preocupado por dicha situación, Alfredo Di Lelio buscó la manera de ayudar a su mujer para evitar que su salud siguiera deteriorándose.

Así fue como se le ocurrió prepararle un platillo que, además de apetitoso, pudiera darle los nutrientes y calorías necesarias para reponerse.

El fettuccine de trigo fue el elemento elegido por Alfredo y su creación se basó en la tradicional pasta al burro, cuyo ingrediente principal es la mantequilla, mientras que para terminar de lograr una receta antojable e irresistible, añadió gran cantidad de queso parmesano.

La historia cuenta que Alfredo preparó el primer Fettuccine Alfredo frente a Inés, con el propósito de estimular su apetito.

Mezcló la pasta caliente con mantequilla para que se fundiera y el queso parmesano lo agregó mientras mezclaba enérgicamente con las manos, técnica que se volvería un sello de la receta más adelante.

El platillo cumplió su misión, Inés comenzó a comer de nuevo y se recuperó gracias al Fettuccine Alfredo.

Alfredo Di Lelio introdujo su nueva receta al restaurante de su madre, donde se hizo popular rápidamente entre locales.

A pesar de haber cambiado de locación, se trataba de un platillo que la gente buscaba. Algunos años después, las celebridades estadounidenses Douglas Fairbanks y Mary Pickford visitaron la capital italiana durante su luna de miel, donde por azares del destino entraron al restaurante “Il vero Alfredo” y conocieron al chef y su icónica pasta.

La experiencia fue tan satisfactoria para la famosa pareja que, en 1927, obsequiaron a Alfredo una cuchara y tenedor de oro, como símbolo de agradecimiento por haberles tratado y recibido de tan espectacular manera.

De vuelta en Estados Unidos, el matrimonio compartió la historia de Alfredo y su delicioso fettuccine durante una entrevista, lo que causó revuelo entre su público, convirtiendo el restaurante en una parada tradicional dentro de la ciudad de Roma.

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