Viajar al pasado para descubrir que alguna vez hubo un mar en Puebla ya no es una fantasía. Gracias a los hallazgos paleontológicos en la y en la comunidad de San Juan Raya, hoy sabemos que esta región del país estuvo cubierta por un vasto océano durante la era Mesozoica.

En ese antiguo mar nadaban criaturas sorprendentes, como el Teoichthys kallistos, mejor conocido como “el pez más bonito de Dios”, un ejemplar que convivió con los dinosaurios y cuyos restos fueron encontrados en Tepexi de Rodríguez, Puebla.

¿Cuando Puebla tuvo mar?

De acuerdo con la revista Arqueología Mexicana, los fósiles de la cantera Tlayúa fueron descubiertos a finales de los años cincuenta del siglo pasado por Miguel Aranguthy Juárez y su esposa Matilde Contreras González, quienes hallaron las primeras lajas con peces petrificados.

No fue sino hasta 1981 cuando los paleontólogos Shelton P. Applegate, Luis Espinosa Arrubarrena y Pompeyo López Neri reconocieron el gran valor científico de los fósiles hallados en la zona. Desde entonces, la cantera Tlayúa ha sido estudiada y protegida por su relevancia científica.

Uno de los peces más notables hallados en esta localidad es el Quetzalichthys perrillatae, también conocido como “pez emplumado de la Dra. Perrilliat”, descrito en 2008 por Jesús Alvarado y Luis Espinosa. Este ejemplar pertenece al grupo de los Ionoscopiformes y destaca por su número de vértebras y su morfología única.

Foto: Museo Regional Mixteco-Tlayúa
Foto: Museo Regional Mixteco-Tlayúa

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El nombre Quetzalichthys combina el término náhuatl “quetzal”, en referencia a la deidad mexica, con el griego “ichthys”, que significa pez. El nombre específico honra a la doctora María del Carmen Perrilliat Montoya, en agradecimiento por su trabajo en la Colección Nacional de Paleontología del Instituto de Geología de la .

Estos peces son considerados los representantes más jóvenes conocidos del grupo de los Ionoscopiformes, que surgió en Europa durante el periodo Triásico, cuando el supercontinente Pangea comenzaba a dividirse y a formar el mar de Tetis.

Tras la muerte del paleontólogo Shelton Applegate en 2005, sus aportaciones fueron honradas con la inauguración de la sala de exhibición que lleva su nombre en el actual Museo Regional Mixteco (antes Museo Pie de Vaca), en Puebla.

Actualmente, la cantera Tlayúa, ubicada a solo dos kilómetros al noreste del zócalo de Tepexi de Rodríguez, es reconocida como la primera localidad paleontológica en México con conservación excepcional, clasificada como Konservat-Lagestätte.

Otra zona clave para descubrir el pasado marino de Puebla es San Juan Raya, una comunidad enclavada en la Reserva de la Biósfera Tehuacán - Cuicatlán. Ahí, el suelo formado por calizas del periodo Cretácico exhibe fósiles marinos como turritelas, almejas y huellas de dinosaurios.

Debido al clima cálido y las escasas lluvias, la vegetación en la zona está compuesta por cactáceas y suculentas. Sin embargo, el verdadero tesoro está bajo la superficie erosionada: restos fósiles que revelan el pasado marino de esta región.

¿Qué es la Reserva del Valle de Tehuacán-Cuicatlán?

La reserva de la biosfera abarca más de 490 mil hectáreas y es hogar de más de 2 mil 800 especies de plantas, 102 especies de mamíferos, 356 de aves y 53 de reptiles. Entre ellos, destaca el heloderma, uno de los pocos lagartos venenosos del mundo.

La comunidad de San Juan Raya ofrece actividades de ecoturismo como recorridos guiados a pie, en bicicleta o a caballo, así como hospedaje, alimentación y un museo paleontológico y arqueológico para conocer más sobre los fósiles que ahí se resguardan.

Para llegar, debes recorrer 12 kilómetros de terracería en buen estado desde la carretera Tehuacán-Huajuapan de León. Desde ahí, Tehuacán se encuentra a solo 35 kilómetros pasando por Zapotitlán Salinas. Es posible llegar en automóvil o en transporte colectivo desde Tehuacán.

¿Te atreves a viajar millones de años atrás y descubrir el mar que existió en Puebla?

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