Ya lo ha dicho Guillermo del Toro: la animación no es un género, es un medio. La animación es cine, la animación es arte. Y el paso del tiempo le ha dado la razón.

Hoy en día, la animación se ha convertido en un medio que aprovecha y expande sus límites en cada oportunidad que tiene, creando técnicas experimentales, en sinergia con diversos métodos artísticos, que ha explotado en un renacimiento de la animación con una amplia gama de posibilidades y técnicas que se adaptan a las necesidades de cada historia, y esto, al menos en las producciones y distribuciones estadounidenses, se debe a dos eventos importantes: la popularización sin estigma del anime en Estados Unidos y el nacimiento de la franquicia animada de Spider-Man – Spider-Man: Un Nuevo Universo (Dir. Rob Persichetti, Peter Ramsey & Rodney Rothman, 2018) y Spider-Man: A través del Spider-Verso (Dir. Joaquim Dos Santos, Kemp Powers & Justin K. Thompson, 2023).

El primero introdujo un nuevo mundo de arquetipos y estructuras narrativas en el continente americano, demostrando el balance y la dinámica para que diversos géneros dramáticos coexistan en una misma historia bajo un ritmo fluido ininterrumpido, sin la necesidad de traicionar el tema y la naturaleza de las historias; por otro lado, el segundo abrió la puerta a la combinación de diferentes estilos de animación y la implementación de métodos artísticos conjuntos en un solo producto para crear una narrativa multifacética que expande el desarrollo de los personajes, su mundo y su historia al mismo tiempo en las mismas escenas en cuestión de segundos, utilizando todo tipo de recursos como la música, teoría del color, figuras, diseños, arquitectura, coreografías, diálogos, iluminación, entre otros: Castlevania (Creado por Warren Ellis, 2017 – 2021) y Cyberpunk: Edgerunners (Creado por Rafał Jaki & Mike Pondsmith, 2022), en el ámbito televisivo, y Gato con Botas: El Último Deseo (Dir. Joel Crawford, 2022), Robot Salvaje (Dir. Chris Sanders, 2024) y Las Tortugas Ninja: Caos Mutante (Dir. Jeff Rowe, 2023), en la producción cinematográfica, son prueba de los logros de esta revolución en la animación.

Sin embargo, Riot Games ya realizaba todo lo anterior como parte del material promocional de su videojuego, League of Legends, creando una narrativa transmedia que combinaba cortos animados – principalmente en CGI que mezclaba varias técnicas adicionales – y música original – usualmente con artistas de alto calibre – para expandir su narrativa hacia el potencial de un mundo vibrante y llamativo repleto de historias, el cual, gracias al nuevo gran recibimiento internacional por la animación, y el nuevo trato de las productoras hacia los videojuegos, finalmente dio el siguiente paso hacia un proyecto mayor, entregando Arcane: Temporada 1 (Creado por Christian Linke y Alex Yee, 2021).

Esta serie de televisión tomó al mundo por sorpresa, impactando y enamorando a las audiencias a través del uso perfecto de varias técnicas de animación, un soundtrack espectacular que es creado a la medida para los personajes, los cuales componen una galería de increíbles personalidades y variedades psicológicas que llenan a la historia con fascinantes conflictos morales, éticos y emocionales, expandiéndose hacia comentarios sociopolíticos universales y atemporales, aderezados con dinámicas actorales de primer nivel que enriquecen un guion fina e inteligentemente trazado hacia la perfección. Alabada por las críticas y audiencias, la primera temporada fue, sin lugar a duda, el nacimiento de un fenómeno internacional, por lo que la llegada de su segunda y última temporada ha provocado las siguientes preguntas: ¿Estará a la altura de la primera temporada? ¿Podrá aportar una conclusión satisfactoria en tan solo 9 episodios? ¿Añadirá algo más a la mesa de la técnica artística o se mantendrá en la comodidad de lo anteriormente logrado?

Así llega Arcane: Temporada 2. Creada por Christian Linke y Alex Yee, y protagonizada por Hailee Steinfeld (Spider-Man: A través del Spider-Verso, Temple de Acero), Ella Purnell (Fallout, Churchill), Kevin Alejandro (Lucifer, Arrow), Katie Leung (Harry Potter y el Cáliz de Fuego, Trainspotting 2), Toks Olangundoye (Fatal Atraction, Steven Universe), Harry Lloyd (La Teoría del Todo, Legión), Jason Spisak (Young Justice, Linterna Verde: La Serie Animada), Jean-Benoit Blanc (Amigos de Armas, Hulk: El Hombre Increíble), Reed Shannon (Legends of Runeterra, Box Brown), Mick Wingert (Kung Fu Panda 3, ¿Qué pasaría si…?) y Ellen Thomas (Johnny English Recargado, La Señora Harris va a París).

Tras los eventos de la temporada anterior, continuamos la historia de las hermanas Vi (Hailee Steinfeld) y Jinx (Ella Purnell), cuya disputa familiar se encuentra en el ojo del huracán del conflicto entre las ciudades vecinas de Piltover y Zaun, escalando hasta involucrar a la general noxiana Ambessa (Ellen Thomas), y desatando un efecto dominó que repercutirá en el papel del Hextech, una serie de artefactos mágico-tecnológicos, y sus creadores, Jayce (Kevin Alejandro) y Viktor (Harry Lloyd), en la gran guerra por venir.

Perfecta, así se definiría no solo la segunda temporada de Arcane, sino toda la serie en general. Se trata de un logro titánico que combina diferentes tipos de artes en un solo magno proyecto que desborda pasión, humanidad, y deseos por realmente contar una historia con significados multifacéticos que resuenan por su universalidad y relevancia atemporal y contemporánea. No solo se trata de un milagro de la animación como medio, sino del arte como método de expresión humana en sí misma.

De inicio, Arcane: Temporada 2 logra evolucionar cohesivamente las múltiples tramas de la temporada anterior hacia una conclusión satisfactoria, llevando los arcos de los personajes hacia territorios emocionales e introspecciones únicas que no temen abordar temas oscuros bajo la tenue luz de la esperanza, tomando cada concepto del debate moral, y los mensajes político sociales previamente expuestos, para construir sobre ellos una transformación narrativa lógica hacia el confrontamiento de ideales y la resolución de estos por medio de los elementos emocionales más humanos y simples imaginables, encerrando su narrativa en un perfecto círculo temático que, en la imagen general de la serie, crea una obra maestra.

En términos de animación, la serie demuestra su versatilidad y entendimiento de las artes para hacer de cada cuadro una pintura cargada de significado individual que construye un todo de manera situacional, narrativa y en desarrollo de personajes. De esta manera, un solo cuadro desborda conocimiento, comprensión y sensibilidad de lo que se quiere lograr, utilizando lo siguiente: teoría del color multifacético, el cual es implementado en personajes, escenarios y secuencias para ofrecer evolución y representación psicológica, ambiental y temporal, establecer la emocionalidad predominante, o las emociones en conflicto, durante una escena, agregando significados propios de la semiótica y retórica para llevar más allá el significado de los colores hacia un contexto histórico que conlleva múltiples lecturas de una sola secuencia; cinematografía a través de la implementación metódica de ángulos y encuadres, los cuales son calculados a la perfección para establecer las tensiones las tensiones entre ideales, reforzando los caracteres psicológicos y emocionales que el color describe, apoyándose en una dinámica sin límites que no teme en experimentar con sus propios movimientos, resultando en una combinación magistral con la edición, la cual cuenta con un ritmo milimétricamente exacto para transiciones y cortes, dejando siempre en cuadro aquello importante para la narrativa, especialmente cuando se corta a insertos, los cuales cargan con un peso simbólico de suma importancia cada vez que aparecen en pantalla.

Tomando el aspecto técnico un paso más allá, se tiene que destacar el espectacular trabajo de diseño de interiores, arquitectura, diseño de texturas, iluminación, e incluso las físicas de la animación, las cuales aportan una dinámica espectacular a la acción y la construcción del mundo de la serie, pues la atención al detalle de algo como el peso y la mecánica de los objetos como si fueran reales, habla del nivel de dedicación que la producción tuvo con la serie.

Cada escena es un deleite visual, digna de una pintura. La combinación de técnicas como el 3D, 2D, animación tradicional por medio de dibujo, CGI, acuarelas, óleos, blanco y negro, animación a diferentes frames por segundo, cada uno de estos elementos ofrece identidad a los personajes, a su mundo, y a su serie, enriqueciendo su historia al darle propósito a cada técnica.

La música es fundamental en esta serie. Cada capítulo, desde la primera temporada, aporta, mínimo, una canción original, cuya letra se alinea por completo a lo representado en pantalla, ofreciendo mayor profundidad al pensamiento y evolución de los personajes, destacando la brillantez de la serie, pues es a través de estas secuencias cuando se ponen en marcha los fundamentos más básicos de la cinematografía, mostrando en imágenes todo tipo de información relevante sin necesidad de recurrir a diálogos expositivos innecesarios que frenen el ritmo de la historia.

En términos de guion, Arcane hace un trabajo espectacular en la construcción de historia, dividiendo cada temporada en tres actos de tres partes cada uno, lo cual, al ser diseñado desde cero de esta manera, delimita el ritmo de los hechos hacia un flujo fino ininterrumpido, manteniéndose en un límite que obliga a los escritores a saber utilizar cada espacio para el mejor propósito de la historia, lo que le da más peso a cada decisión artística a la elección de la narrativa visual por encima del diálogo.

Este desarrollo ofrece un gran beneficio para el desarrollo de los personajes, quienes conforman una galería impresionante de identidades, propósitos, metas, objetivos, miedos, deseos y métodos, creando una moralidad multicolor donde no existe el blanco y negro de los hechos, ni siquiera una escala de grises, sino una serie de intenciones que nacen desde el mejor lugar y el interés individual hacia un supuesto bien común, nutriendo los conflictos de la serie hacia debates fascinantes sobre causas y consecuencias.

El trabajo de los actores es completamente fascinante, aportando un gran rango de voces llenas de emocionalidad, las cuales ofrecen el último ingrediente necesario para que los personajes respiren por completo, atrapando a la audiencia al 100%.

Si hablamos de algún punto negativo para la serie, este sería que el final podría ser demasiado abierto para el gusto de muchas personas, pero este, de acuerdo con los creadores, es el objetivo del final, pues, aunque la narrativa central de Arcane ha finalizado, otras subtramas debían tomar un camino diferente hacia su propia independencia, optando por un desarrollo individual que les de el seguimiento correcto. Esto no significa que nada termina resuelto al final de la serie, sino que cada línea narrativa encuentra su conclusión, pero como es bien sabido, cada final es el principio de algo – especialmente cuando han anunciado tres series más en desarrollo.

Al final, Arcane es una serie realmente espectacular y especial en todo sentido, el resultado del trabajo conjunto de un grupo de artistas apasionados de todas las ramas posibles, uniéndose bajo el propósito de contar una historia humana, que no tema de los elementos fantásticos para contar un relato con ecos de nuestra propia realidad, llevando al límite la capacidad de la animación, la cinematografía y la narrativa para crear algo completamente nuevo, lleno de personalidad, corazón y propósito.

Estamos ante el manejo perfecto de las artes, demostrando una de las definiciones más antiguas del quehacer cinematográfico, donde se definía al cine como el conjunto de las artes para crear un reflejo de la realidad, lo cual no podría ser más exacto para esta serie. Música, dibujo, pintura, arquitectura, diseño, literatura, todo se suma entre sí para entregar una serie que pasará a la historia, recordando siempre lo que la animación es capaz de hacer, dando una cátedra de cómo luce un verdadero trabajo lleno de pasión y amor.

Arcane es una obra maestra que, sin lugar a duda, inspirará a cinematógrafos, compositores, artistas, escritores y productores por generaciones.

10/10

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