En Puebla, el transporte público ha atravesado varias etapas. De acuerdo con la Asociación Mexicana de Transporte y Movilidad, el primer forlón (antiguo coche de caballos de cuatro asientos y con la caja dispuesta entre dos varas de madera) apareció en la ciudad en 1673.
Sin embargo, en 1920 llegaron los primeros camiones tal y como los conocemos.
Desde ese momento, empezó el auge de los transportes como se conocen hoy en día y con el tiempo fueron incrementando los servicios para la ciudadanía y los trabajos para los conductores.
Durante los años 50, 60, 70 y 80, las rutas de microbuses y combis fueron el principal medio de transporte de los poblanos, hasta la llegada a principios del siglo XXI de la Red Urbana de Transporte Articulado (RUTA), un sistema de transporte público masivo de la Zona Metropolitana, que abarca los municipios de Puebla, Amozoc, Santa Clara Ocoyucan y San Andrés Cholula.

Estas unidades articuladas circulan en carriles de uso exclusivo y realizan paradas en estaciones.
Cuentan con puertas izquierdas a 1.0 m del nivel de piso, lo que permite una compatibilidad con la altura de las estaciones. Sin embargo, con la llegada del Ruta varios camiones y combis fueron gradualmente retirados de circulación.

De acuerdo con la Secretaría de Movilidad y Transporte (SMT), actualmente existen 43 mil unidades de transporte público, taxis y vehículos de plataforma (Uber, Didi entre otras).
Es ante esta situación que decidimos preguntarle a la Inteligencia Artificial cómo sería la movilidad urbana en el futuro. Y esto fue lo que nos dijo.
En Puebla, para el año 2074, se espera que el transporte público haya experimentado una transformación significativa.
Los vehículos autónomos serán la norma, eliminando la necesidad de conductores humanos y proporcionando un servicio más eficiente y seguro.

Los sistemas de transporte público estarán totalmente integrados con la infraestructura digital de la ciudad, permitiendo una coordinación sin problemas y una experiencia de viaje más fluida para los ciudadanos.


Se espera que los avances en la tecnología de baterías permitan una flota de vehículos completamente eléctricos, reduciendo drásticamente las emisiones de gases de efecto invernadero y mejorando la calidad del aire en la ciudad.
La integración de la Inteligencia Artificial también jugará un papel crucial en la gestión del tráfico y la seguridad vial.
Los sistemas de IA monitorearán y controlarán el flujo de vehículos en tiempo real, anticipando congestiones y accidentes para minimizar los tiempos de viaje y mejorar la seguridad en las carreteras.
En conclusión, el transporte público en Puebla en los próximos 50 años será ágil, eficiente y sostenible, gracias a la adopción generalizada de vehículos autónomos, la movilidad compartida y la Inteligencia Artificial.