En cada rincón de la capital poblana hay una historia, algún dato o hasta una leyenda que pocos conocen.
Estos cinco sitios son claro ejemplo de ello y por eso aquí te relatamos sus historias más escalofriantes.
1.- Puente de Ovando
El Barrio de Analco, cuyo nombre significa “al otro lado del río”, fue uno de los más importes de la época virreinal. Uno de sus principales atractivos fue el Puente de Ovando, construido en el año 1775 gracias a la aportación económica del regidor Agustín de Ovando Villavicencio.
Sin embargo, hay una historia bastante antigua que envuelve de misterio a este puente y a su benefactor.
Cuenta la leyenda que la familia Ovando, una de las más ricas de la ciudad de Puebla, mandó a construir este puente para conectar su casa con la ciudad.
Esta familia de Puebla tenía dos hijos, un varón fuerte y una hermosa joven. Ésta última se había enamorado de un joven de clase media, cuando sabía que su padre jamás lo aprobaría.
Así que para que el padre aprobara la unión, ella planeó perder su honra, pero su hermano los descubrió y en un ataque de furia terminó matándolos. Tiempo después el hermano apareció muerto en un callejón, pero nunca se supo quién lo mató.
El señor Ovando, lleno de desdicha, comenzó a beber todas las noches y se cuenta que una vez que cruzaba el puente a la medianoche se encontró con una mujer pidiendo limosna. A pesar de sus intentos por ignorarla, ella preguntó: ¿No me reconoces padre?.
Horrorizado, el señor Ovando quiso huir del lugar, sin embargo, la corriente del río creció inexplicablemente y fue arrastrado hasta morir ahogado. Desde entonces, de acuerdo con la leyenda, todo aquel que cruce el Puente de Ovando a la medianoche se encontrará con una mujer pidiendo limosna y sólo aquellos que le regalen una moneda podrán cruzar con seguridad.
2.- La fuente de los muñecos
El barrio de Xonaca, conocido también como el Barrio de los Catrines debido a las familias adineradas del centro de México, construían ahí fincas y casas de descanso donde acostumbraban pasar largas temporadas.
Fue uno de los siete barrios más importantes que se fundaron en el siglo XVI, principalmente por indígenas de Tlaxcala. Es en este barrio donde se localiza una extraña fuente con un par de muñecos, los cuales inspiran una de las leyendas más famosas de Puebla.
La leyenda dice que Maximino Ávila Camacho, quien fue gobernador de Puebla de 1937 a 1941, construyó en esta zona su casa de verano. Un mozo de la propiedad, tenía dos hijos, una niña y un niño, de 6 y 7 años, respectivamente.
Los pequeños eran muy queridos por Maximino y era usual verlos juntos, caminando, jugando y riendo en las calles. La historia cuenta que una tormenta azotó la zona justo cuando los niños se dirigían hacia la escuela.
Al paso de las horas, al ver que los niños no regresaban y tras una intensa búsqueda, a la que se sumaron los vecinos de Xonaca, todos dedujeron que debido a la fuerte lluvia, los niños cayeron en un pozo de agua cercano a la propiedad de Ávila Camacho.
En honor a los hermanitos, Maximino ordenó la construcción de una fuente con un pedestal de azulejos de talavera. Se dice que durante la noche las estatuas cobran vida para jugar en las calles. Incluso, hay quienes afirman que se escuchan sus risas por todo el barrio hasta que amanece.
3.- La Campana de la Catedral
La Catedral de Nuestra Señora de la Inmaculada Concepción (sí, ese es su nombre completo) empezó a construirse en 1575 y fue consagrada el 18 de abril de 1649.
La historia cuenta que las torres de la Catedral de Puebla se comenzaron a construir hasta 1678 y una vez terminadas, se colocaron diez campanas, de las cuales la más grande, llamada Santa María de la Concepción, es la protagonista de esta historia.
Esta campana pesaba más de 8 toneladas, y se dice que los hombres que habían trabajado en la construcción intentaron subirla por 30 días sin lograrlo, incluso varios fallecieron en el intento. Hasta que una noche el guardia que se quedaba vigilando la construcción se quedó dormido y vio en sueños cómo unos ángeles bajaban del cielo y subían la campana, colocándola en su sitio a lo alto de la Catedral.
Al despertar, escuchó los repiques de la campana y se sorprendió al percatarse de que su sueño se había cumplido. De esta leyenda sale la idea de nombrar nuestra ciudad Puebla de Los Ángeles y de igual forma colocar 58 ángeles custodios alrededor de la Catedral.
4.- Los justicieros de Los Sapos
Ubicado en la 5 Oriente, entre 4 Sur y Bulevar 5 de Mayo, el callejón de los Sapos es uno de los lugares más visitados por los turistas, ya sea por el tianguis que se pone todos los fines de semana o por sus leyendas.
La historia cuenta que el barrio recibió su nombre debido a que años atrás, las lluvias constantes hicieron que el Río de San Francisco se desbordara, provocando estancamientos de agua. Este suceso ocasionó la reproducción de múltiples anfibios, por lo que los habitantes del barrio decidieron llamarlo de esa forma.
La leyenda dice que en este sitio existen dos seres espectrales que se encargan cada noche de darles una lección a todos aquellos que se van de fiesta de manera irresponsable, dejando a sus familias para ir a divertirse por su cuenta.
Se dice que uno de estos seres se disfraza de perro negro para asustar a todas las mujeres que se han pasado de copas, pues el cachorro se convierte en una enorme bestia que lanza zarpazos, gruñidos e incluso mordidas.
En el caso de los hombres, el otro ser se transforma en una sensual mujer, que atrae a hombres que han dejado a sus familias para ir a divertirse; sin embargo, cuando estos se acercan ella se convierte en un horrible esqueleto con una larga caballera negra.
Muchas de las personas que aseguran haber presenciado estos terribles espectros, han dejado de ser irresponsables con el alcohol y la fiesta.
5.- El extraño objeto que entró al Popocatépetl en 2012
El 25 de octubre de 2012, en televisión nacional fue captado el momento en el que un Ovni de forma cilíndrica entró al cráter del volcán Popocatépetl, cuando éste entró en erupción.
De acuerdo con los especialistas, el objeto grabado podría tratarse de un defecto del video por sobreexposición de algunos pixeles, dándole carpetazo a este acontecimiento, pero quedando grabado en la memoria colectiva.
