Caminar por las calles de Puebla siempre es un gusto porque se pueden admirar hermosas fachadas, la mayoría con balcones, azulejos de talavera y grandes portones de madera.
Igual puedes encontrarte calles empedradas, algunas jardineras, hermosas jacarandas, pequeñas fuentes y lámparas ¿pero toparte con una enorme piedra y que sea famosa? Eso sólo pasa en Puebla.
Así es. En la calle 14 Sur y 7 Oriente del Barrio de Analco, los vecinos ya están acostumbrados a caminar sobre la banqueta y de momento encontrarse con una enorme piedra que obstaculiza su paso.
Para los vecinos del lugar esto es de lo más común, pero para quienes visitan uno de los barrios fundacionales de la ciudad de Puebla resulta increíble que toparse con ella.
Más inverosímil resultan las leyendas que se han creado en torno a esta roca que nadie ha podido mover y ahora es parte del paisaje del lugar.
La piedra que crece
Una de las muchas versiones que narran los colonos, refiere que cada año la piedra crece y crece, por lo que se hace difícil trasladarla a otro sitio.
No precisan cuánto es lo que ha aumentado de tamaño, pero cuentan que antes era mucho más pequeña que ahora, solo que entonces a nadie le estorbaba ni le incomodaba verla, por eso nunca la cambiaron de lugar. Hoy, dicen los vecinos, requiere de mucho esfuerzo.
La piedra de Catedral
Otra de las versiones que narran los vecinos de Analco es que esta piedra iba a ser utilizada para la construcción de la Catedral de Puebla, la cual se edificó en el siglo XVI, pero por alguna razón ahí dejaron esa roca y ya nunca la movieron.
La piedra del encanto
Los optimistas dicen que se trata de una piedra encantada, porque de acuerdo con varias experiencias de peatones, cuando en su andar se sienten cansados y llegan a sentarse en la piedra, sienten que recobran su energía y retoman fuerza para seguir avanzando, por ello dicen que les da buena suerte.
La niña que se convirtió en piedra
Una de las leyendas más temerosas que giran en torno a esta piedra relata que se trata de una niña que fue castigada.
Todo comienza con la historia de una madre que iba con su pequeña hija a misa de las 5 de la mañana, pero la pequeña estaba muy cansada para llegar a la iglesia.
La madre le dijo que debían apurarse, pero dicen que la niña estaba cansada y ya no quería caminar, así que se sentó en el suelo y le dijo a su mamá que ahí se iba a quedar.
La mamá, con el propósito de apresurarla a llegar a la iglesia, le expresó a la niña que si no se apuraba, Dios la iba a castigar, de ahí es que los vecinos comentan que la niña no hizo caso y se convirtió en piedra.
Al final de estas leyendas, la más creíble es la versión de que se trata de una piedra “ojanera”, que nadie sabe por qué ese nombre, solo se conoce que se utilizaba para precisar hasta dónde llegaba el límite de la ciudad de Puebla y por eso la pieza se encuentra en la esquina de la 14 Sur y 7 Oriente.
El barrio de Analco, que significa “al otro lado del río”, es uno de los más antiguos de la ciudad.
De acuerdo con el Archivo Municipal, los indios asentados al margen del río de San Francisco quedaron bajo la cura de las almas de los frailes.
Así comienza la construcción de una ermita en este barrio, demolida años después para construir un templo más amplio dedicado al Santo Ángel Custodio.