Esta historia es de Chapala, Jalisco, pero habla de lo que por décadas se hizo con calidad en Puebla: el Volkswagen sedán o Vocho.

Su protagonista es una unidad de color blanco que se comercializaba en la sucursal Volkswagen Américas de ese municipio jalisciense en 1968.

En ese entonces, ante las críticas de quienes aseguraban que al automóvil se le metía el agua con la lluvia, los ejecutivos decidieron mostrar sus fortalezas.

Así que con la creatividad del personal en sus talleres y el de un ingeniero de origen alemán contratado para el proyecto, surgió el Vocho anfibio.



Ellos hicieron adecuaciones a la unidad para sellarla y  llevarla a flotar nada menos que al icónico lago de Chapala.

Según reseñas periodísticas sobre la hazaña que ocurrió un 8 de septiembre de 1968, se hicieron pruebas que implicaron sumergir la unidad en una alberca y llevarla al otro lago de la zona.

En el día de aventura histórica, el recorrido inició en la comunidad de San Luis Soyatlán, llegó a Aljijic y finalmente a Chapala.

El viaje fue de unos 24 kilómetros, duró casi tres horas y el vehículo salió andando sin mayor complicación tras recorrer la laguna.

Como parte del recuerdo se exhibió por mucho tiempo en la agencia de la automotriz, después se restauró y se vendió como cualquier otro automóvil.

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