Conocida porque es uno de los elementos principales en los altares u ofrendas del Día de Muertos, la flor de cempasúchil o flor de veinte pétalos es endémica de nuestro país.

De acuerdo con la tradición, su particular y fuerte aroma, es la guía que siguen los muertos para regresar a sus casas y poder compartir con sus familiares nuevamente el pan, la sal y la luz que necesitan para continuar su camino en el otro mundo, el mundo de los muertos.

Se sabe que nuestros antepasados asimilaban el color amarillo de la flor de cempasúchil con el sol, razón por la que la utilizaban en las ofrendas dedicadas en honor a sus muertos. La flor era considerada por los mexicas como un símbolo de vida y muerte.

Y es por ello que el cempasúchil, junto con el pan de muerto y las calaveritas de azúcar, son los principales elementos que engalanan los altares de cientos de familias mexicanas para celebrar a los muertos a partir del 28 de octubre.

Cultivo de la flor de cempasúchil

La floración del cempasúchil (Tagetes erecta) y su cosecha, marcan el inicio de una temporada que en los últimos años, ha posicionado a Atlixco como uno de los principales productores de esta flor a nivel nacional, de acuerdo con datos de Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader).

El tallo de la flor puede llegar a medir hasta un metro de altura, mientras que sus botones pueden alcanzar los cinco centímetros de diámetro.

En México se estima la presencia de 35 especies de la flor, de las 58 referidas para América.

Municipios productores en Puebla

Además de Atlixco, existen 45 municipios poblanos con importante producción de flor de cempasúchil, los más importantes son:

  1. Tianguismanalco
  2. Palmar de Bravo
  3. Huaquechula
  4. Santa Isabel Cholula
  5. Huejotzingo
  6. San Pedro Cholula
  7. Chiautzingo
  8. Quecholac
  9. Tepeaca
  10. Tehuacán
  11. San Jerónimo Tecuanipan
  12. San Salvador El Verde
  13. San Martín Texmelucan

Puebla principal productor de cempasúchil

La , indica que durante el año 2019, el estado de Puebla ocupó el primer lugar en la producción de la flor, ya que superó las 14 mil 900 toneladas.

A escala nacional, la producción final para ese año fue de 18 mil 678 hectáreas. El segundo estado con mayor producción fue Hidalgo, con mil 437 toneladas; seguido de San Luis Potosí con 565. La diversidad de la flor de cempasúchil es extensa.

La misma dependencia señala que en Puebla, la producción de esta tradicional flor se lleva a cabo en una superficie total de mil 705 hectáreas para su cosecha.

El periodo de cultivo es de cuatro meses, desde su plantación hasta la cosecha, que se realiza a partir de octubre y hasta principios de noviembre, justo para las celebraciones de Día de Muertos.

Otra leyenda de la flor de cempasúchil

Existe una leyenda la cual relata que hace mucho tiempo existieron un par de niños que se conocieron desde su nacimiento, la niña se llamaba Xóchitl y el niño Huitzilin.

Ambos compartieron infancia, crecieron juntos y al final su amistad se convirtió en un dulce y tierno amor juvenil.

Tal era su cariño que un día decidieron subir a lo alto de una colina en donde el sol deslumbraba con particular fuerza, pues se sabía que allí moraba el Dios del sol.

La travesía la realizaron para pedirle a Tonatiuh que les diera su bendición y cuidado para poder seguir amándose. El Dios del sol al verlos tan enamorados, bendijo su amor y aprobó su unión.

Sin embargo, la tragedia llegó a ellos de forma inesperada cuando Huitzilin fue llamado a participar en una batalla para defender a su pueblo, y fue así como se separaron para que él marchara a la guerra.

Pasado algún tiempo, Xóchitl se enteró que su amado había fallecido en el campo de batalla. Su dolor fue tan grande que rogó con todas sus fuerzas a que le permitiera unirse a él en la eternidad. Este, al verla tan afligida, decidió convertirla en una hermosa flor, así que lanzó un rayo dorado sobre ella, y en efecto, creció de la tierra un bello y tierno botón, sin embargo, este permaneció cerrado durante mucho tiempo.

Un buen día un colibrí atraído por el aroma inconfundible de esta flor llegó hasta ella y se posó sobre sus hojas. Inmediatamente, la flor se abrió y mostró su hermoso color amarillo, radiante como el sol mismo, era la flor de cempasuchil, la flor de veinte pétalos, que había reconocido a su amado Huitzilin, el cual había tomado forma de colibrí para poder visitarla.

Así, la leyenda dice que mientras exista la flor de cempasúchil y haya colibríes en los campos, el amor de Huitzilin y Xóchitl perdurará por siempre.

Lo que no sabías de la flor de cempasúchil

Actualmente la flor de cempasúchil también se utiliza para darle color a textiles, elaborar insecticidas y hasta como medicamento. Estudios arqueológicos también señalan que las la usaban para aminorar los malestares del vómito, la indigestión y diarrea.

Google News

TEMAS RELACIONADOS