El próximo 5 de mayo se cumplirá el 163 aniversario de la Batalla de Puebla, un capítulo de la historia donde los mexicanos salieron victoriosos sobre los soldados franceses, pero pocos conocen cuál fue la verdadera razón por la que perdió el ejército francés.
La historia narra que entre 1858 y 1861 hubo una lucha entre conservadores y liberales, lo que generó una severa crisis económica en México e impidió que el presidente Benito Juárez no pudiera cumplir con sus compromisos de pagar la deuda extranjera que debía a España, Inglaterra y Francia.
Para ello, México firmó el Tratado de La Soledad en la que se comprometía a pagar los 70 millones de pesos, de aquella época, a España, 9.5 millones de pesos a Inglaterra y 1.5 millones de pesos a Francia, pero esta última nación no respectó el tratado y optó por intervenir suelo azteca, lo que dio origen a la batalla entre las tropas mexicanas contra el ejército francés.
Información de la historiadora Emma García Palacios, integrante del Consejo de la Crónica de la ciudad de Puebla, refiere que hubo factores que favorecieron el triunfo del Ejército de Oriente y los indígenas de Tetela de Ocampo, Zacapoaxtla y Xochiapulco.
¿Cómo inició la Batalla del 5 de Mayo de 1862?
El 26 de febrero de 1862, el Ejército francés llegó a México por la costa de Veracruz, con una flotilla que incluía a 4 mil 74 soldados a caballo, con toda la intención de llegar a la ciudad de Puebla, cruzando por Tehuacán, para dirigirse a la ciudad de México, la capital de la República Mexicana. La meta era que una vez que entraran a la ciudad de México los extranjeros pudieran instalar una monarquía.
Para la defensa del territorio mexicano, el presidente Benito Juárez instruyó al General Ignacio Zaragoza estar al frente de las tropas mexicanas, que contaron con factores naturales que favorecieron la defensa del territorio y los franceses tuvieron varias bajas.
De acuerdo con la historiadora Emma García Palacios, debido a un brote de fiebre amarilla, los soldados franceses enfermaron y perecieron poco a poco, lo que significó que al pasar los días, fueron menos los que pelearon en contra de los mexicanos.
La tromba ocasionó que en el terreno de la batalla se hiciera un lodazal, a lo que estaban acostumbrados los indígenas mexicanos, quienes vestían con huaraches y podían caminar y correr sin problema.
Para el combate solo traían machetes y luchaban cuerpo a cuerpo, mientras que los soldados franceses, dirigidos por el Conde de Lorencez, usaban botas y se patinaban en el lodazal, situación que aprovecharon los mexicanos.
Este escenario de lucha y combate terminó a las 16:30 horas del 5 de mayo de 1862, cuando el Ejército francés -considerado en ese entonces como el mejor del mundo-, perdió 600 hombres, mientras que del lado mexicano el número de fallecidos y heridos fue mucho menor.
¿Cuál es la frase más famosa del 5 de mayo de 1862?
Tras las bajas de los soldados franceses que murieron a causa de la fiebre amarilla, más los que perecieron por no poder defenderse en un terreno lleno de lodo, el General Ignacio Zaragoza, quien comandaba al Ejército de Oriente, salió victorioso y México ganó la batalla.
Para dar informe del resultado, envió un cable al presidente Benito Juárez en el que se leía una de las frases más famosas en la historia de México: “las armas nacionales se han vestido de gloria”, con lo cual confirmaba que los mexicanos habían vencido contra los franceses.
El general Zaragoza, jefe del Ejército de Oriente, fue acompañado por un grupo de distinguidos generales liberales entre los que destacaron: Porfirio Díaz, Miguel Negrete, Felipe Berriozábal, Antonio Álvarez y Félix Díaz.
Información del Archivo General de la Nación subraya que durante 50 años, el Ejército de Francia solo registraba victoria tras victoria, por lo que estaban convenidos que en México no sería diferente, pero la fiebre amarilla y una tromba en un terreno agreste no estaban en sus planes y no hubo estrategia para ello.