El fin de año se acerca y para dar inicio con el siguiente es usual realizar una serie de rituales para iniciar con optimismo una nueva vuelta al sol, como las tradicionales 12 uvas con las que se recibe al nuevo año.

La tradición señala que cada uva representa un deseo que deberá cumplirse en los próximos 365 días, pero cómo es que nació está tradición.

12 uvas

La tradición de iniciar el año comiendo 12 uvas tiene su origen en España y su objetivo es que con cada campanada de medianoche se vayan comiendo una a una, y con ello asegurar 12 meses de buena suerte y prosperidad.

Se dice que fue en 1909, cuando productores de uvas blancas de Alicante buscaron vender los excedentes de una buena cosecha, ideando este festejo.

También hay una segunda versión que señala que en la década de 1880, la clase burguesa española, en un intento por imitar a la francesa, comenzó a celebrar Nochevieja comiendo uvas y tomando vino espumoso.

En España se utilizan uvas frescas, pero en otros países, como Portugal o en algunos de Latinoamérica, las uvas son sustituídas por pasas.

A la fecha no se tiene claro por qué deben ser 12, si es: por los doce meses del año, una uva por cada mes; o si es por las "", una uva por cada toque de campana, pero ambos motivos han servido para darle sentido a la tradición

Además, se tiene la creencia de que quien se coma las doce uvas al compás de las campanadas tendrá un año próspero.

¿Y por qué tienen que ser uvas?

Tradicionalmente, las uvas se han relacionado con la buena suerte, espiritualidad y positividad, por lo que comerlas al empezar el año, garantizaba un buen augurio.

Por otra parte, se trataba de una fruta de la que debido a sus excedentes, su precio era accesible para la mayoría de las personas..

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