Los mohos son hongos microscópicos que se alimentan de materia animal o vegetal. Carnes, quesos, frutas, vegetales y panes sucumben a su invasión. Lo que ves de color verde, azul, blanco o marrones, son solo las esporas de esas decenas de miles de hongos diferentes. Por debajo hay tallos y raíces, que crecen en el alimento.

Entonces, ¿es seguro retirar el moho y comer lo que queda? No te preocupes, aquí te resolvemos tu duda.

Lo primero que hay que saber es que existen miles de especies de hongos. Algunas son inofensivas o incluso beneficiosas para la salud, en cambio, otras son perjudiciales y pueden causarnos reacciones adversas más o menos severas.

¿Cuáles son los más peligrosos y cuáles son inofensivos?

Las micotoxinas se producen en los mohos que crecen en los granos y las nueces, aunque también pueden estar presentes en otros productos como el apio, el jugo de uva y las manzanas.

De hecho, estas toxinas son de gran importancia para la industria de los cereales, semillas, nueces y frutos deshidratados, según las condiciones de almacenamiento.

Las micotoxinas más peligrosas son las llamadas aflatoxinas, producidas por los hongos del género Aspergillus, que crecen en el cacahuate, pero también se pueden encontrar en las nueces de Brasil y almendras.

Los riesgos de comer alimentos con moho

Cuando dejamos alimentos como el pan, la fruta, y el queso por mucho tiempo sin consumirse, corren el riesgo de contaminarse con la presencia de moho. El moho puede ser perjudicial para ciertas personas que son sensibles al mismo: pueden presentar irritación en los ojos o congestión nasal.

Los riesgos de consumir alimentos contaminados con moho son varios, pueden contener sustancias tóxicas relacionadas con enfermedades como el cáncer y las alteraciones genéticas, esto debido a la presencia de bacterias patógenas que son indetectables para el ojo humano, según información de la Organización Mundial de la Salud.

El consumo de moho por accidente en alimentos puede provocar también reacciones como náuseas y vómitos.

¿Qué alimentos con moho se pueden salvar y cuáles es mejor descartar?

Los alimentos que sí se pueden comer y con precaución, retirando el moho son:

Jamón y embutidos curados (jamón, chorizo, salchichón)

Quesos duros: (manchego, gouda)

Frutas y vegetales turgentes: (zanahoria, repollo, pimiento, calabaza)

El Servicio de Inocuidad e Inspección de los Alimentos (FSIS, por sus siglas en inglés) recomienda descartar la comida enmohecida que tiene un alto contenido húmedo, porque puede estar contaminada por debajo de la superficie.

Estos son:

Mermeladas

Frutos secos

Frutas blandas

Quesos blandos

Pan y bollería

Lácteos

Pasta

Carne

¿Cómo evitar el moho en los alimentos?

Los mohos prefieren temperaturas cálidas, pero pueden aparecer en la nevera, toleran la sal y el azúcar. Para minimizar su crecimiento es vital la limpieza. Las esporas del moho del alimento afectado, pueden acumularse en la nevera y los utensilios de limpieza. Hay que limpiar la nevera a menudo con agua y bicarbonato, además de los trapos. No hay que dejar ningún alimento perecedero más de 2 horas sin refrigerar y cubrirlo siempre.

Además, en términos muy generales y con excepciones, se considera que los mohos verdes y blancos tienden a ser inofensivos, mientras que los marrones deberían ser evitados.

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